Lunes 4 de Agosto de 2014
Con miles de hectáreas bajo agua.
Con la crecida del Vallimanca, y la masa hídrica siguiendo su curso hacia las lagunas El Potrillito y El Potrillo, en la confluencia de ese arroyo con el Canal Piñeyro y los arroyos Pantanoso y El Mangrullo, donde el cauce cambia su nombre por arroyo Saladillo, a pocos kilómetros de la ruta 51, la situación en buena parte del distrito veinticinqueño se complicó aún más.
Se cuentan por miles las hectáreas que se hallan inundadas y las pérdidas son cuantiosas, con el agravante que a la producción malograda, se suma la notoria merma en la superficie sembrada para la próxima campaña.
Con desesperación, intentando morigerar el “golpe”, se rotan rodeos de cría en plena parición, hay aprovisionamiento de forrajes y algunos pocos pueden recolectar el escaso maíz que quedó.
Hay, por supuesto, muchos caminos intransitables y viviendas rurales cuyos residentes hacen peripecias para salir en busca de provisiones. Las consecuencias están repercutiendo en toda la rueda económica del distrito, que por estos días parece detenida.
Declarado ya en emergencia -desastre en algunas parcelas- agropecuaria, con más de mil milímetros en un semestre, 25 de Mayo sobrelleva días muy difíciles y con efectos casi tan terribles como en las inundaciones de principios de este siglo.