Jueves 28 de Agosto de 2014
Según la información extraoficial, aún se esperan los resultados de las últimas pericias que, en un principio, se preveía que estuvieran listos en dos días. Pasaron dos semanas.
Se cumple un mes de la desaparición de Roberto Sorondo (59) y son muchos los villeguenses que por estos días piensan que el caso, como otros ocurridos en General Villegas, podría quedar en la nada.
Sorondo fue visto por última vez el 28 de julio pasado. Fue Dante Codutti quien radicó la denuncia, teniendo en cuenta que por varias horas se había ausentado de su casa, donde permanecía mientras estaba en nuestra ciudad, ya que actualmente tiene domicilio en Capital Federal.
Allí están radicados también sus hijos, Matías y Magdalena, quienes durante los primeros días de búsqueda de su padre estuvieron por varios días en General Villegas, pero luego debieron retornar a Buenos Aires, donde tienen obligaciones.
Son quienes también en un principio se movilizaron junto a amigos, además del trabajo que hacía la policía; y los que permanentemente trataban de obtener información con respecto a la marcha del caso, que nunca llegó a los medios de comunicación al menos en forma oficial, de partes de las autoridades policiales.
Pero por estos días ni siquiera los hijos de Sorondo están accediendo a datos concretos al respecto. Al menos eso le dijo esta semana Matías a Actualidad, quien se había comunicado además con el Fiscal Omar Flores, que interviene en la causa, y le habría manifestado no tener novedades.
Con este panorama, la angustia va creciendo en la familia del desaparecido y a quien ya no se buscaría tan intensamente como en los primeros quince días de radicada la denuncia, con personal policial que llegó a General Villegas desde diferentes lugares de la provincia de Buenos Aires, sumando caballería y canes.
También los Bomberos de nuestra ciudad y de otras del territorio bonaerense se habían sumado a la tarea.
Distintos y varios puntos, sobre todo en las afueras, a una importante distancia de la planta urbana, fueron examinados por los uniformados, sin resultado alguno. Sólo algo de ropa, papeles y calzado fueron encontrados quemados en inmediaciones del hipódromo.
Si bien sus hijos los habrían reconocido como pertenecientes a Sorondo, para la justicia sólo los resultados de las pericias sirven como contundentes y es lo que se espera hace dos semanas, cuando se preveía que estuvieran listos en apenas dos días.
También se aguarda en ese sentido el resultado de la mancha de sangre encontrada en el baúl del vehículo en el que se movilizaba el desaparecido.
Lo único extraoficial que se conoce es que sería de humano y que el factor sería el mismo de Sorondo, pero hay que establecer que efectivamente corresponda a él.
Otro análisis es el de la mancha de sangre encontrada en un hacha perteneciente a Walter Bianchi, en cuya quinta la policía trabajó intensamente durante los primeros días de investigación, teniendo en cuenta que fue quien lo habría visto por última vez.
Ese resultado tampoco está, pero las versiones indican que no sería de un humano.
Una vez más, la sensación es que la velocidad de la justicia no coincide con la necesidad de respuestas rápidas. Mucho menos cuando hay, aparentemente, un secreto de sumario que no permite que ni siquiera la familia pueda conocer los pasos de la investigación, según lo que manifiestan.
Lo único concreto hasta el momento es que, un mes después, nada se sabe de Roberto Sorondo. Sólo su auto (un VW Polo) apareció estacionado en una gomería sobre Ruta 188 y fue entregado hace unos días a su entorno familiar.
Por lo demás, aún hay muchos interrogantes sin responder. ¿Otro desaparecido en democracia? Salvando las distancias, al conocerse el caso Sorondo son muchos los que recordaron el de Jorge Julio López, también desaparecido en plena democracia hace ya siete años en La Plata.
Su familia sigue reclamando justicia.
El 18 de setiembre se cumplen ocho años (desapareció en esa fecha de 2006). Ocurrió en su domicilio en el barrio Los Hornos, cuando se dirigía a presenciar la audiencia de alegatos en el juicio que se desarrollaba en los Tribunales Federales de esa ciudad, donde se condenó al ex comisario Miguel Etchecolatz por delitos de lesa humanidad.
La investigación, que estuvo en manos de distintos jueces, no tiene hasta el momento detenidos ni procesados.
Más cercano aún, la desaparición en Pehuajó de Germán Casarini. El martes se cumplieron tres años del caso que fue perdiendo notoriedad en los medios con el paso del tiempo. Sus familiares y amigos realizaron una marcha pidiendo justicia.
El 26 de agosto de 2011 desparecía el joven, siendo hallada su camioneta al día siguiente en un sector de la ciudad, realizándose por orden de la Justicia peritajes en la unidad.
También se cumplieron distintas diligencias, se revisaron varias zonas en la búsqueda y se contó con la presencia de canes especializados para tal fin, pero nada se supo a la fecha.