Lunes 7 de Septiembre de 2015
La lactancia diferida es un método eficaz de continuar con la lactancia materna cuando se producen situaciones como el nacimiento prematuro del bebé, problemas de salud de la madre que le impidan amamantar o la reincorporación laboral.
En Argentina, más del 60% de las madres participan en el marcado laboral. En este contexto muchas de ellas por desconocimiento o por no saber cómo continuar, desisten de la lactancia materna y optan por la lactancia mixta o cambian directamente a la lactancia artificial exclusiva para continuar con la alimentación de su bebé.
Sin embargo, la lactancia mixta tiene ventajas e inconvenientes que es necesario evaluar y la vuelta al trabajo no tiene que ser un problema para continuar ofreciendo la leche materna al bebé. Solo se necesita la asesoría adecuada y una buena planificación para contar con las reservas adecuadas.
Extraer y conservar la leche: la clave de la lactancia diferida
Para poder iniciar la lactancia diferida se necesita una reserva de leche materna. Lo mejor es empezar a almacenar el excedente de leche de forma manual o con la ayuda de un sacaleches cuando aún se disfruta de la licencia de maternidad. De esta forma se contará con una reserva de leche en el momento de volver al trabajo.
Para almacenar la leche extraída se deben seguir unas normas mínimas de higiene:
• Elegir el recipiente adecuado para la leche materna:Puede ser un recipiente plástico apto para alimentos, un envase de vidrio o las bolsas especiales para la leche materna que pueden acoplarse a algunos modelos de sacaleches y que facilitan así el trabajo de almacenaje.
• Dejar enfriar la leche antes de congelarla:Lo más recomendable es dejar el envase en un recipiente con agua fría para bajar la temperatura de la leche antes de meterla en el congelador.
• Conservar la leche refrigerada hasta poder congelarla:Si te extraes la leche en tu lugar de trabajo, debes llevar una nevera ed playa con bloques de hielo para mantener la leche fresca hasta que llegues a tu casa.
• Guardar la leche en porciones pequeñas:Una vez descongelada la leche se debe consumir a lo largo del día. Por eso es mejor conservarla en porciones pequeñas, para evitar desechar el sobrante.
La leche congelada puede conservarse hasta seis meses, dependiendo de la calidad del congelador en el que se guarda. Es importante poner la fecha y la hora de extracción a todos los recipientes, para poder utilizar primero aquellos que llevan más tiempo congelados.
Preparar la vuelta al trabajo
Para poder seguir ofreciendo al niño la leche materna, se debe orientar a la persona que se encargará de la alimentación del niño en ausencia de la madre para que sepa descongelar y calentar la leche de la forma correcta. De lo contrario la leche perderá muchas de sus propiedades.
Para descongelar la leche lo mejor es hacerlo guardando el recipiente en la nevera la noche anterior, así el cambio de temperatura no será drástico. Una vez descongelada, lo que se debe hacer para calentarla es introducir el recipiente en otro más grande con agua tibia. Así se conseguirá la temperatura idónea para ofrecer el alimento al niño.
La leche no se debe hervir ni calentar en el microondas nunca. Tampoco se debe dar al niño sin haber probado antes que no esté demasiado fría o demasiado caliente.
Para la madre lo ideal es continuar amamantando al niño siempre que pueda, en las mañanas antes de salir y por las noches al volver. Además es conveniente que aproveche los descansos de media hora a los que tiene derecho para extraerse leche en el trabajo. De esta forma la producción de leche no se verá afectada y se podrá continuar con la lactancia de forma exitosa.
Con una buena reserva de leche y una buena planificación, la vuelta al trabajo no será un problema para continuar ofreciendo al bebé leche materna, facilitando que se cumplan las recomendaciones de la OMS y garantizando que el niño recibe un alimento idóneo para cubrir sus necesidades alimenticias.
Por María JoséMadarnás, editora de Maternidad Fácil.