Viernes 18 de Diciembre de 2015
El emprendimiento fue montado en la finca Las Antípodas, con más de 1200 plantas que ya llevan más de dos años de tratamiento. “En este tercer verano de las plantas tendríamos que contar con una producción de quinientos litros”, explicó uno de los responsables del proyecto. A futuro lo piensan como un lugar turístico.
Desde hace dos años y medio viene creciendo en Junín el primer viñedo no solo de la ciudad sino el único en todo el noroeste bonaerense. Está emplazado en la finca Las Antípodas y surgió del gusto de un grupo de amigos encantados por los proyectos originales, distintos a los emprendimientos que suelen abundar en el mapa de iniciativas comerciales.
Mariano Tessone, uno de los responsables de llevar adelante la idea, dijo que el propósito “de tener un viñedo está dando vueltas hace dos años y medio y las plantas tienen dos años y un mes”.
“Siempre nos rondó por la cabeza el deseo de hacer algo distinto, que podía ser esto o alguna otra cosa relacionada con el aire libre, con el campo y como con mis tres socios somos amantes del vino dijimos por qué no probar con un viñedo en la Pampa Húmeda. Creo que hay uno más chiquito que este en Cañuelas, pero después en esta zona no hay nada”, dijo Tessone.
A continuación señaló que “tenemos 1380 plantas, más de seiscientas son Malbec, más de quinientas Petit Bateau y doscientas Cabernet Franc”.
“Además, hace diez días llegaron cincuentas plantitas de tannat que son las que tienen en Uruguay y que por la similitud del clima las estamos plantando acá”, explicó.
“En este tercer verano de las plantas tendríamos que contar con una producción de quinientos litros, pero para que den el máximo potencial tendríamos que esperar dos años más por lo menos. No vivimos de esto, es un pasatiempo, un cable a tierra que tenemos con mi socio y un lugar para venir con nuestra familia”, agregó.
A su vez destacó que “tenemos el asesoramiento de Eno-Rolland, la empresa de Michel Rolland, un francés muy conocido en el mundo del vino y que se dedica al asesoramiento. Nos realizan tres o cuatro visitas por año y después por mail o por teléfono frecuentemente. Siempre está la amenaza de hongos por la aplicación de fungicidas. Igual nos dan un plan de fitosanitarios en septiembre y lo cumplimos”.
Para finalizar indicó que “en la actualidad estamos haciendo degustaciones para amigos y conocidos, pero a futuro queremos que sea un lugar turístico”.