Domingo 19 de May de 2013
Las necesidades financieras se hacen notorias, aunque la Provincia asegura que no tendrá problemas con los sueldos. Las cifras que justifican el pedido de recursos; la recaudación y los compromisos
“Vamos a pagar todos los sueldos y los aguinaldos, con eso no va a haber problemas”. Desde el gobierno bonaerense descartan inconvenientes para afrontar los salarios, y se muestran seguros de no pasar la zozobra de mediados de 2012. Sin embargo, la misma frase esconde un dramático presente financiero, donde sólo alcanza para cumplir con los gastos indispensables, y a veces ni siquiera quedan recursos para pa-liar situaciones de emergencia o evitar atrasos a proveedores de insumos esenciales.
Los números que aparecen en estas páginas dan fundamento al pedido permanente de una mayor asistencia para la Provincia con más participación en la generación de recursos, pero a la vez la más relegada en el ingreso per cápita en concepto de coparticipación federal. Buenos Aires es la única ju-risdicción subnacional que pierde año a año participación en la renta nacional.
El cierre definitivo del ejercicio 2012, y las proyecciones a partir de los datos de los primeros meses de este año, demuestran que Daniel Scioli necesitará colocar sí o sí toda la deuda autorizada (13.700 millones de pesos), y aun así quizá también precise ayuda del Gobierno nacional, por ahora negada.
Como ya se sabe, solamente Nación autorizó a un endeudamiento de 1.700 millones de pesos para cubrir vencimientos de Letras de Tesorería (de las que aún quedan 1.500 millones a vencer en el segundo semestre, todavía no autorizados). Nunca, en lo que va del año, mandó un peso más al enviado de manera directa por la coparticipación.
La recaudación de recursos propios está un poco por encima del nivel estimado si se hace un promedio mensual de lo presupuestado, y puede ser mayor en los próximos me-ses, por el efecto de la inflación sobre Ingre-sos Brutos; pero ni siquiera ello alcanza.
En el primer trimestre del año Arba obtuvo más de 15 mil millones de pesos, y en concepto de coparticipación entraron hasta ahora unos 9 mil millones, poco más de 2.000 millones por mes. Si se tiene en cuenta que el impacto salarial mensual es de, aproximadamente, 6.000 millones de pesos, el sobrante es escaso.
Uno de los objetivos de Scioli durante to-do su gobierno fue reducir el impacto de la deuda sobre el presupuesto y el PBI provincial. No quiere que el cierre de 2013 lo en-cuentre con un retroceso en ese sentido. La deuda pública bonaerense cerró por encima de los 72.500 millones de pesos en 2012, un 63% del presupuesto de este año. La intención es que ese porcentaje se achique entre el número final del presente ejer-cicio y la previsión de gastos para 2014.
De todos modos, el monto líquido se se-guirá elevando, sobre todo si el gobierno logra colocar toda la deuda autorizada y consigue patear para adelante los vencimientos. Las obligaciones a cumplir en 2013 son de 250 millones de dólares más 249 millones de pesos. Reducir deuda es una utopía en estos tiempos.
Las Letras de Tesorería son el recurso por el que la Provincia se mantiene económicamente. Un bálsamo, como pueden ser las cajas de los entes descentralizados a las que el gobierno suele recurrir para erogaciones urgentes. Na-da constituye una solución.
Políticamente el año transcurre sin el acuerdo que el Ejecutivo provincial espera a partir del alineamiento ininterrumpido con la Casa Rosada. La falta de esa ayuda volverá a poner en estado de alerta máxima a las cuentas bonaerenses, aunque se prometa que los salarios no sufrirán retrasos. Eso sí, por ahora, de mejorar los sueldos, como comienzan a pedir algunos gremios, ni hablar.