Jueves 8 de May de 2014
Los productores agropecuarios finalizan la recolección de maíz y soja con la sensación de que los dividendos podrían haber sido superiores de no haber mediado un vendaval que anegó caminos y dejó campos bajo el agua. Por eso, se prevé un consumo “flaco” en los comercios locales.
La cosecha de maíz y soja finaliza dejando una sensación amarga en los productores agropecuarios del distrito. En primer lugar, porque un ciclo que hasta mediados de marzo prometía un final a toda orquesta, con cifras record y la posibilidad de pensar en inversiones posteriores, terminó siendo uno más en materia de rendimiento y dejó una rentabilidad que se ubica muy por debajo de la esperada.
El segundo motivo del malestar chacarero es lo condicionada que quedó su economía con miras a los próximos meses, sobre todo para destinarla consumo y pensando que una fracción importante del rédito obtenido en la campaña que está terminando tendrá que ser reinvertido en semillas, fertilizantes, combustibles, repuestos y otros elementos inherentes a la labor agrícola.
Será por eso que al calcular que la trilla dejará un neto de doscientos millones de pesos, el presidente de la Sociedad Rural de Junín, Rafael Torello, le pone paños fríos a cualquier atisbo de encandilamiento que pueda generar la cifra.
“El productor va a gastar lo menos posible. El consumo va a disminuir porque como no dan los números para producir, no va a invertir, así que imagino un estancamiento o al menos un impacto severamente negativo en los otros sectores. Por ejemplo, en vez de comprar dos camisas va a comprar una y a la señora le va a decir que no cambie la heladera, que aguante un año más”, comentó el dirigente en declaraciones a Democracia.
Torello apuntó que para llegar a los doscientos millones que dejaría el ciclo de grano grueso hay que calcular que en el distrito se sembraron 110.000 hectáreas, que en total dejaron un total aproximado de 330.000 toneladas y que a 2.500 pesos por tonelada, conformarán la friolera de 800 millones de pesos. Y de maíz se cosecharon 25.000 hectáreas, cuya producción bordea las 200.000 toneladas, y a 1.400 pesos la tonelada representan un total de 280.000 millones de pesos.
“Pero si le quitamos el costo de producción y de fletes, quedan unos doscientos millones”, dijo el titular ruralista.
Para entender un poco más la dinámica monetaria que circula en derredor de esta labor particular, e Torello señaló que el precio de flete para enviar maíz de Junín a Rosario está 270 pesos, entonces si el valor del cereal es de 1.350 pesos por tonelada, “el veinte por ciento se te va en ese trámite”, resaltó. Y completó: “A eso hay que agregarle otros gastos. En cambio, la soja vale 2.500 pesos y lo que se pierde en concepto de fletes es el diez por ciento, por eso la gente se vuelca mucho más a la oleaginosa”.
“En general, todos los gastos de producción son con precios dolarizados y con el dólar a ocho pesos, mientras que lo que se cobra se recibe a un dólar valuado a $,350, $4 o $5, según las retenciones aplicadas al cereal en cuestión”, puntualizó.
Más floja de lo esperado
De acuerdo con el reporte brindado por Torello, la cosecha de soja de primera “está en un 95 por ciento terminada” y con un rendimiento sobre superficie trabajada “muy bueno”. “Hubo lotes que dejaron rendimientos de entre 36 y 40 quintales”, precisó.
En cambio, señaló que la soja de segunda “no fue lo que se esperaba”. “Lo podemos afirmar con el setenta por ciento del cereal ya levantado. Estamos ante un rinde normal, pensamos que iba a ser mucho mejor que se vino abajo por el exceso de humedad, las plagas y las enfermedades”, agregó.
Así mismo indicó que el maíz fue una decepción: “Evidentemente las altas temperaturas de diciembre y enero afectaron al cultivo de siembra temprana, cuyo rendimiento osciló entre los ochenta y noventa quintales”, manifestó.
“El rendimiento en muchos campos no lo sabemos porque son numerosos los productores que no pudieron retirar las cosechas de sus campos como consecuencia del anegamiento de los caminos. Por suerte se inventó el silobolsa y pudieron conservar la producción embolsada hasta que se pueda sacar”, explicó.
Torello reafirmó que la cosecha “era para ser record, el desarrollo fue excepcional”. Sin embargo, la parte climatológica “tiró abajo todas las expectativas y los números”.