Lunes 13 de Enero de 2014
La superficie sembrada se quintuplicó, con avances en el proceso de darle valor agregado. Aníbal Molina y una visita al cultivo.
De Aníbal Molina en el kilómetro 220 de la ruta nacional Nº 5.
Las preocupaciones de Aníbal Molina son varias y todo arrancó en la década del 70, con la promoción de la soja, cultivo desconocido en aquellos tiempos. Ahora tienen otra motivación que, en muchos sentidos, se le parece. Ha demostrado que la siembra de algodón en esta zona no es un sueño, sino una realidad concreta.
“Incluso con mayores posibilidades de generar trabajo que la soja”, ha repetido antes y lo reiteró ahora.
La recorrida por el campo que tiene en el kilómetro 220 de la ruta nacional Nº 5, permitió observar que en dos meses, a partir de la siembra de distintas variedades, una gran extensión parece un gran poncho verde, superando los rigores del sol, e incluso una lluvia con granizo incluido.
El entusiasmo de Molina, dueño de iniciativas variadas a lo largo del tiempo –incluyendo su interrogante respecto a la falta de proyectos para industrializar lo que se produce en la zona-, es grande porque, en el caso del algodón, ha podido ir cerrando el círculo.
“La Voz”, en cada visita, comprueba de qué modo, su capacidad de investigador y múltiples contactos, ha sido capaz de avanzar muchísimo. En este caso, utilizando como cuartel general el viejo edificio de la es Escuela Nro. 12, mostró la máquina de complejo funcionamiento, donde la fibra de algodón es “despojada” de todas las semillas, una tarea que en forma manual se hace compleja.
Los copos blancos -como producto de una gran nevada-, pasarán luego a otra maquinaria más pequeña, que transformará la fibra en hilo. De allí, hasta convertir los ovillos en prendas para vestir, hay un solo paso.
Explicarlo parece simple, pero todo ha sido posible debido a horas y horas de trabajo; a la siembra de muchas variedades para ver el mejor rendimiento; a ir modificando la superación entre surcos para facilitar la cosecha. El avance es comprobable, visible, evidente. Eso no excluye algún desaliento por adhesiones que se fueron alejando, sin que eso disminuyera la voluntad de un soñador que, pese a serlo, no deja de habitar en tierra firme.
-El algodón en Bragado ha entrado en el terreno de las realidades, aunque habrá más novedades para este boletín con noticias positivas.