Viernes 1 de Junio de 2018
EN EL TRAMO RECIENTEMENTE INAUGURADO
Continúan los piedrazos en la nueva Autopista de Luján
Un gran peligro se registra desde hace mucho tiempo en la Ruta Nacional N° 5 como consecuencia de un grupo de chicos que arrojan piedras a los vehículos que pasan. El hecho ocurre concretamente en la zona del nuevo by pass de Luján y ya ha causado varios daños en los rodados, como por ejemplo en las combis de Minibus 21900. Hace unos días, el parabrisas del camión del chivilcoyano Gabriel Oballe recibió un piedrazo que le provocó la rotura del mismo y los vidrios lastimaron uno de sus ojos.
El propietario de la empresa de transportes bragadense, Eduardo “Pancho” Bracco, aseguró a CVN que el problema lo tienen desde hace aproximadamente 3 años. Dijo que antes los daños eran menores porque los vehículos circulaban por esa zona a menor velocidad, mientras que ahora se han incrementado porque el By Pass hace que transiten más rápido. “Con que empujen un ladrillo sin darle velocidad, es un misil para nosotros”, manifestó.
Según el empresario, varias veces notificó lo ocurrido al Destacamento que se encuentra en dicha zona, aunque la respuesta es siempre la misma: “son chicos que los agarran, se los entregan a los padres y al ratito están jugando otra vez con las piedras. Es increíble”, indicó indignado.
Bracco solicitó una solución y aseguró que hasta no tenerla las combis evitarán ese trayecto y circularán por el viejo puente durante el horario matutino.
LUJÁN, CIUDAD DE LAS PIEDRAS…
Desde el 5 de mayo, Carlos Santillán transportista de Luján, está sin poder trabajar. Todo como consecuencia de una herida en el ojo derecho, producto de un vidrio que le ingresó en la córnea al estallarle el parabrisas del camión que conducía.
El ataque ocurrió de noche, cuando pasaba por debajo del puente ferroviario. Eran las 23.30 y una lluvia de piedras golpeó contra la cabina. El vidrio se hizo astillas por los impactos de varios cantos rodados que se utilizan como balasto para sostener el tendido de rieles.
“Venía de Trenque Lauquen a General Rodríguez. Cuando paso por las vías del Sarmiento, por el by pass nuevo, fue una lluvia de piedras, un asesinato”, dijo y sacó de uno de los bolsillos una de las piedras que terminaron en el habitáculo.
“Una piedra me pega en el parabrisas y automáticamente dejó de ver del ojo derecho. En mi ignorancia pensé que me había cortado el parpado. Cuando me toco con las manos, era todo sangre por los cortes que tenía en la cara y en el cuero cabelludo. Enseguida, noto que el ojo se había llenado de vidrios. Lo único que podía hacer era mirar para abajo”, relató Santillán.
En esas condiciones, con la visión reducida, siguió su marcha mientras se comunicaba con el patrón para contarle lo que había sucedido. Estimó que no fue un solo vándalo el que cometió el hecho, sino varios por la cantidad de piedras que recibió el camión.
Al llegar a la Estación de Peaje, un compañero lo relevó en la conducción mientras que la Policía tomaba conocimiento de lo sucedido al verlo con el rostro y la cabeza completamente ensangrentada.
Santillán fue llevado a la Clínica Güemes pero, ante la falta de un oftalmólogo a esa hora de la noche que pudiera atenderlo, lo derivaron a un centro especializado en José C. Paz. De ahí al Hospital de Oftalmología Santa Lucía donde le hicieron una toilette del ojo izquierdo mientras que en el ojo derecho encontraron la formación de una catarata al haberse incrustado un fragmento de vidrio en la córnea.
“No pensé que tenía clavado un vidrio que era la mitad de una uña, pero no veía nada”, agregó. El peregrinar terminó en el Instituto de la Visión, donde fue operado cuatro días después. “Ahora veo nublado del ojo derecho. Los médicos dicen que salió bien y la evolución es muy buena, pero no me garantizaron que pueda volver a ver. Dentro de tres semanas me sacan los puntos y en un mes y medio o dos meses me tienen que volver a operar. Dicen que voy a volver a ver. Me cambió la vida”, expresó.
Santillán dejó asentado el hecho en una denuncia radicada en el Destacamento Estación. “Es la única denuncia que hay”, comentó, pese a la cantidad de casos que salieron a la luz en los últimos días por redes sociales y encontraron eco en medios de comunicación de la región.
El miércoles de la semana pasada, a las 5.30 de la madrugada, -ese día otros dos camioneros sufrieron ataques similares-, Santillán dijo que otro compañero de La Serenísima fue blanco de una agresión con piedras cuando pasaba debajo del puente ferroviario.
Este tipo de hechos también están ocurriendo en otros puntos del corredor vial de la Autovía 5. En Mercedes, un camión de la empresa láctea fue apedreado a poco de cruzar la Ruta 41. El puente de Olivera es otra zona de riesgo para los camioneros. “Ahí me tiraron una piedra que pegó en el techo del camión. Si me pegaba en el vidrio me mataba”, recordó.
“Esto se pasa de vandalismo: son asesinos. Siempre es de noche. En el puente del Lasa, los cuatro puentes peatonales de la Ruta 7, el puente del río Luján, en el puente de Gálvez hasta tiros. Luján no es la ciudad de la virgencita, es la ciudad de la piedras”, precisó.
Los ataques a piedrazos se producen en el puente ferroviario, a pocos metros del Destacamento Seguridad Vial. Sin embargo, cuando Carlos Santillán se dirigió para poner en conocimiento a los policías de lo que está pasando, en esta repartición policial dijeron desconocer esta situación. (Fuente: El Civismo).
El transportista Oballe
Gabriel Oballe, el transportista de Chivilcoy, señaló que “hay que ocuparse de la seguridad porque para pasar por la autopista estamos pagando los peajes y para qué lo hacemos si no tenemos seguridad, a dónde va la plata que pagamos. Quién nos cuida, porque todos los días nos están sacando plata de los bolsillos para pagar los peajes mientras los políticos viajan en helicópteros”.
“Hace 30 años que viajo, cumplí 47 años, y siempre escuché la misma mentira de los políticos, porque esta autopista no tiene iluminación ni tampoco la medida de seguridad con los alambrados como debería tener, pero el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal pasearon por la autopista de día para hacerse ver por todos los argentinos y es una vergüenza la inseguridad que hay de noche”.
Con respecto al atentado, dijo: “Fue en la parte nueva, en el puente de la Universidad de Luján, que no tiene tejido. Si arrojan una piedra a un auto que va a 120 kilómetros hacen una masacre. Está a pocos metros de la caminera y pienso que deberían tomarse cartas en el asunto. Hay gente que se dedica a ser daño a quienes nos levantamos a trabajar”, agregando que “después de hacer el descargo en el Acceso Oeste, en General Rodríguez, vi que pararon micros y vehículos. Calculo que han roto aproximadamente 25 rodados”.
EL MISMO DÍA DEL ATENTADO A OBALLE
Otra víctima ha sido el deportista Lucas Barbetti, a quien le rompieron el parabrisas de su vehículo mientras circulaba con su esposa y una conocida. Barbetti comentó que el hecho se registró exactamente en el mismo lugar que en los otros casos: en el tramo correspondiente al nuevo By Pass de Luján. Ocurrió alrededor de las 5 de la madrugada del miércoles de la semana pasada y desconoce quienes fueron los autores.
Según describió el deportista, recibió una piedra de gran porte desde uno de los puentes que hay en el lugar. “Sentíamos una explosión. No sabíamos lo que había pasado en un primer momento”, dijo. Ante tal situación, decidió mantener la marcha y se dirigió hasta el Destacamento más cercano, donde dio aviso a la policía.
Consultado sobre la respuesta que recibió por parte de los oficiales, dijo que lo asistieron y que lo ayudaron a tapar el agujero del vidrio. También le comunicaron qué debía hacer con el seguro, pero nunca hicieron nada para encontrar a los culpables. (Fuente: CVN).
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