Miércoles 9 de Marzo de 2016
El Chivilcoyano volvió a la actividad luego de un breve descanso. Sus allegados sostienen que son varios los actores políticos y gremialistas que lo llaman para reunirse.
Según la trastienda política “El Flaco” volvió a jugar. Después de unos días de descanso en la misma casa en la que veranea hace 20 años el ex ministro de Interior y Transporte del ultimo gobierno Kirchnerista volvió al ruedo en la denominada “política activa”.
Con algunos cambios, como barba, un color de piel mas tostado y con un físico un poquito mas alimentado, el chivilcoyano comenzó a verse con referentes politicos de los que le “pegan” un golpe de telefono. “Un café no se le niega a nadie”, dicen en su entorno para justificar encuentros como el que tuvo con los ex gobernadores Eduardo Alfredo Fellner y José Luis Giojay tambien con el gobernador de Formosa Gildo Insfrán. También Randazzo tuvo su encuentro con Santiago Montoya, ex funcionario ultra sciolista que hasta uso su Twitter para plasmar el encuentro.
Randazzo opta por el mate antes que el café, como lo hace cuando ve a los intendentes que lo alientan para que piense en la elección que viene, la de senador en 2017. “El Flaco tiene que jugar. Si lo hace sin revanchismo, nos va a hacer bien”, dice un intendente bonaerense que mantiene buenas relaciones con el gobierno de María Eugenia Vidal pero que quiere ganar en la elección de medio término, para la que Scioli y Massa ya se postulan. Randazzo se enfrentaría así, en la interna, con Scioli con quien le quedan cuentas pendientes. Y con Sergio Massa, con quien mantiene una excelente relación: “Hola Gato”, es el saludo habitual con el que el de Chivilcoy recibe al de Tigre cuando hablan por teléfono.
El nombre de Randazzo aparece en las mediciones que varios ya están haciendo: un ejemplo es que Carlos Federico Salvai, ministro y mano derecha de la gobernadora bonaerense ya conoce cómo mide en la Provincia el ex ministro de Transporte. Algún dirigente randazzista dice que “Floro” está segundo en imagen nacional, detrás de Vidal, en alguna medición que el macrismo no quiere difundir. Pero lo que obsesiona a Randazzo es la pelea nacional, como cuando desoyó el pedido de Cristina para que compita como gobernador y se baje de la interna presidencial. Desde ese tiempo, no hubo más relación con Cristina, ni con su ex amigo Carlos “Chino” Zannini y mucho menos, con Scioli.
En las charlas de estos días surge la disputa por la conducción del PJ, pero el tema no le interesa al ex ministro. Recibió llamados de gremialistas y se mostró por la Unión Ferroviaria. Julián Domínguez y Miguel Ángel Pichetto son otros de los peronistas con los que Randazzo degustó algunas infusiones. En esas mesas, se le escaparon algunas facturas por la pelea política que no pudo dar. ¿Habrá revancha?.
Fuente: La Gaceta del Oeste.
