Jueves 25 de Julio de 2013
El massismo y el sciolismo prolongaron la polémica por el reparto de recursos y el supuesto pacto roto a último momento. Massa e Insaurralde, con visiones diversas de la inseguridad.
Los fondos para realizar obras públicas –los criterios para su reparto y quién los garantizará en el futuro- así como la cuestión de la inseguridad fueron los ejes de los cruces de ayer entre el massismo y el oficialismo, los dos sectores que aparecen con más chances de transformarse en los triunfadores de las elecciones primarias del 11 de agosto en la provincia.
El primero de esos debates comenzó a principios de esta semana y fue ganando en virulencia: supuso, en parte, un nuevo reparto de roles en el oficialismo: el sciolismo ocupó el centro de ring, al compás de las acusaciones del massismo, que le achacó discriminar a los municipios comandados por alcaldes del Frente Renovador en la entrega de fondos, al tiempo que advertían que realizaron ahorros para enfrentar esa "sequía".
El sciolismo, básicamente a través del jefe de Gabinete, Alberto Pérez, refutó esas acusaciones con números, pero la discusión derivó hacia la política: ayer, el intendente de San Miguel Joaquín De La Torre dijo que posee una lista massista y sciolista combinada confeccionada por el funcionario, aunque hasta ahora no la mostró. Pérez, por su parte, respondió que Massa era el que le pedía a Scioli que se integre.
Ayer, otro intendente massista, el intendente de Olavarría, José Eseverri, acusó a Pérez de salirse de tono (había acusado a Massa y los suyos de "ingratos y desagradecidos"). El diputado Alberto Roberti, ex denarvaísta, acusó a Pérez de "mediático y oportunista", al tiempo que hizo énfasis en que es "porteño".
La cuestión de las obras estuvo presente en la Casa Rosada, donde Scioli –otra vez- compartió un acto con intendentes oficialistas de la 4º y 5º secciones. Allí, el Gobernador, el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina y el ministro de Infraestructura Julio De Vido elogiaron al candidato a diputado nacional Martín Insaurralde y ataron a su triunfo la perduración de los servicios baratos y el "modelo que permite" las obras.
Los candidatos, por su parte, evitaron la confrontación directa. Insaurralde, sobre la cuestión de la seguridad, dijo que "como todos los vecinos", él también tiene miedo "cuando mis hijos salen de noche". Dijo que para solucionar el problema hay que atender a su "multicausalidad". Y habló de "la rotura del tejido social, falta de trabajo, falta de escolaridad y justicia lenta", señaló.
De recorrida por Pergamino, que compartió con Eduardo Buzzi de la FAA, Massa habló del mismo tema: "la seguridad no es de derecha ni de izquierda, la sufren todos: los más pobres, el que no puede pagar custodia privada, el laburante al que lo roban en la parada del colectivo, la abuela que no puede llevar a su hijo a la plaza y la mamá que sabe que venden droga a la vuelta del colegio", dijo. Remarcó que por ello es necesario "poner los problemas en la mesa y resolverlos".
De La Torre y la dictadura
Mientras la polémica ocurría, se coló en la campaña una solicitada publicada en los diarios Clarín, La Nación y La Prensa el 20 de junio de 1989, en que se expresaba "reconocimiento y solidaridad" a los miembros de las fuerzas represivas de la última dictadura que "defendieron a la Nación en la guerra desatada por la agresión subversiva". Uno de sus firmantes era Joaquín De La Torre, en intendente massista de San Miguel. Consultadas por DIB, fuentes del sciolismo pidieron a FR que precise "en qué lugar están parados con respecto al terrorismo de Estado".