Miércoles 5 de Noviembre de 2014
Adrián Fabricio y Matías Romo transitaban por la Ruta Nacional 188, cerca de General Rojo, cuando un grupo de personas les pidió ayuda para salvar a automovilista que no podía salir de su coche, hundido casi en su totalidad en un canal al costado de la banquina.
Las inundaciones suelen reflejar imágenes de angustia y desesperación, pero en ocasiones, también resaltan los aspectos más positivos de algunas personas.
Esta es la historia de los juninenses Matías Romo y Adrián Fabricio, quienes el lunes pasado vivieron un episodio que recordarán toda su vida.
El hecho ocurrió en la Ruta Nacional 188, cerca de General Rojo, alrededor de las 11.
"Era un viaje de rutina, veníamos con mi compañero y otro muchacho más que trabaja conmigo (en la firma Naldo Lombardi) y, en un momento, nos paran unas personas desesperadas a ver si teníamos sogas. Nos bajamos y vemos un auto en el canal del costado de la ruta y nos avisan que hay una persona adentro", relató Romo, en diálogo con TeleNoticias.
"La gente que estaba ahí empezó a amar una soga con pedazos de otras sogas, una mujer con un pañuelo del cuello. Cada vez nos fuimos desesperando más porque vimos que la señora estaba adentro del auto, apoyaba la mano en el vidrio, nos empezamos a sacar los cintos para armar una soga", relató.
El hombre contó que cuando una mujer intentó meterse al agua al rescate, Fabricio decidió sacarse la remera para hacerlo él. Y Romo imitó su actitud. "La corriente era impresionante, lo arrastró (a Fabricio), no pudo salir. Tragó un montón de agua, lo pudimos sacar a él y con todo el susto que tenía se volvió a meter, otra vez en vano". dijo.
"Después me tiré yo. Me pasó lo mismo. La corriente me arrastraba, no pude hacer nada, me vuelve a sacar la otra gente que estaba con la soga que habíamos improvisado", afirmó.
"Los gritos de la señora es una imagen que no me la olvido más en mi vida, sentí los gritos desde adentro y ver el nivel del agua subiendo y nosotros sin saber nada, porque no sirve nadar, nada", dijo.
"Vino uno de los muchachos con un fierro, otro se estaba desvistiendo. Me vuelvo a largar al agua con un susto terrible, el otro hombre venía atrás mío y alcanzó a romper la luneta trasera (con el fierro). Me agarro del agujero que había hecho y con el otro señor que, sin él no podríamos haber hecho nada, empezamos a romper la luneta trasera, me corté la mano, el señor se agarro de la puerta del auto y la pudimos sacar por ahí", contó.
"Tuvimos que hundir a la señora porque estaba el auto lleno del agua, ella estaba paralizada", dijo ya que el auto había sido arrastrado cien metros por el agua. "Estaba sin fuerzas, traumatizada. Los otros señores que estaban dando una mano nos tiraron la soga y pudimos salir", relató Romo.
Luego del dramático hecho, horas después la mujer se contactó con Romo y agradeció su actitud. Al parecer, había perdido el control del vehículo al intentar esquivar a otro y terminó en el canal.
