Domingo 16 de Junio de 2013
La sobrecarga de información y la permanente difusión de dietas hace que gran parte de la ciudadanía se sienta familiarizada con las nuevas propuestas que invitan a cambiar nuestros hábitos alimenticios para cuidarnos, vernos bien y, sobre todo, estar saludables
La sobrecarga de información y la permanente difusión de dietas hace que gran parte de la ciudadanía se sienta familiarizada con las nuevas propuestas que invitan a cambiar nuestros hábitos alimenticios para cuidarnos, vernos bien y, sobre todo, estar saludables.
Pero es importante recordar que la noción de adoptar una nutrición saludable debe ir mucho más allá de lo estético y generar un compromiso firme con nuestro bienestar.
Mucho más importante será el compromiso si hablamos de los niños, puesto que la alimentación que se les brinde desde temprana edad será la que marque su desarrollo a lo largo de su vida.
Educar desde la infancia
Introducir hábitos saludables en los niños puede resultar más fácil que hacerlo en una vida adulta.
La nutricionista de nuestro medio Carolina Schiaffino explica que "un correcto hábito alimentario se logra a partir de la educación y la implementación diaria de acciones, hasta que se trasforman en costumbre. Con una buena educación alimentaria desde la infancia se logra inculcar un correcto hábito alimentario para toda la vida"."Los puntos a tener en cuenta en los hábitos de los niños son la realización de actividad física, evitar los alimentos industrializados denominados “chatarra”, fomentar el hábito del desayuno y el consumo de agua en lugar de gaseosas. También educarlos a la hora de darles dinero para que se compren la comida en el colegio"."Cuando pensamos en la alimentación infantil", sostiene la nutricionista, "tenemos que tener en cuenta que los niños aprenden mejor por imitación que por órdenes, o sea que para que un niño se alimente en forma saludable, este hábito debe comenzar con los padres y el resto de los integrantes de la familia".
"Normalmente son los adultos los que transmiten a los niños sus gustos, sus antojos, la carencia de los alimentos que ellos no suelen comer, por lo tanto hay que tomar conciencia de tener en casa de todos los grupos de alimentos".
Y en estas pautas de mejorar la alimentación, no puede faltar el hábito de realizar las comidas en familia.
"Sin la tele en la mesa, se debe pactar un horario para comer, variar los menúes -para evitar el aburrimiento- con colores y condimentos diferentes, variar la forma de cocción y combinar distintos alimentos. Comer despacio y utilizar la mesa para dialogar", destaca.
Malnutrición
Según Schiaffino, "los riesgos de malnutrición no siempre se observan a simple vista. Cuando un niño tiene bajo peso o sobrepeso, se entiende que hay un problema en su alimentación por carencia o exceso, pero también existe la denominada desnutrición oculta que se da por la falta de micronutrientes, como vitaminas y minerales y puede existir aún estando en normopeso".
La marcada preferencia de los niños por los sabores dulces - y con el desarrollo de la industria- pone al alcance de todos las golosinas, snacks, los productos de panadería o quiosco.
"Son alimentos que contienen una densidad calórica muy alta, -muchas calorías en un volumen pequeño- y sabores muy concentrados", explica la profesional. "Estos alimentos pueden poner en riesgo la salud cuando se consumen en forma habitual, en el recreo, al salir a pasear o como reemplazo de las comidas principales ya que son calóricos, pobres en nutrientes y poseen un sabor muy concentrado. Esto último juega en contra ya que luego se pierde el interés por el sabor de los alimentos naturales como las frutas y verduras, lácteos, carnes magras, entre otros."
Si bien es común que los niños no acepten fácilmente todos los alimentos que se le proponen, no hay que darse por vencido, ya que los gustos varían con la edad.
"El mismo alimento debe presentarse de distinta manera varias veces. Normalmente puede pasar que rechace varias veces un alimento hasta que lo termina aceptando. Por ejemplo si no come zanahoria puede probarse hervida, rallada, en budín o tarta, en forma de decoración del plato, en una sopa, en un relleno, etc.".
Los pilares de una nutrición saludable
No hay recetas mágicas ni inalcanzables. Sólo se trata de aprender a llevar una vida mejor.
Schiaffino, asegura que "es conveniente una dieta variada, que incluya alimentos de todos los grupos del óvalo o pirámide de nutrición, ya que garantiza el aporte de vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente y evitar carencias".
¿Pero qué es una dieta variada? ¿Cómo se organiza? La profesional explica, "se debe consumir de cada grupo diferentes alimentos. Por ejemplo, del grupo de frutas, no es suficiente comer siempre manzana, sino variar entre todas la frutas disponibles. Del grupo de carnes variar entre carne vacuna, cerdo, pescado, pollo, etc.".
Si bien las dietas deben adecuarse a las necesidades particulares de cada individuo, según el sexo, la edad y la condición fisiológica, todos tenemos la posibilidad de elegir alimentarnos de modo saludable."Es importante realizar actividad física en forma regular, ya sea caminar, andar en bici, practicar algún deporte, bailar, con una frecuencia semanal, al menos de dos a tres veces por semana. Esto ayuda a mantener el peso adecuado, ejercitar los músculos, fortalecer los huesos y disminuir el estrés diario", destaca la nutricionista.