Viernes 5 de Enero de 2018
TRAS EL PASO DE LAS INUNDACIONES
Encuentran restos de un "elefante de las pampas" en el Río Salado de Junín
- Diario Democracia - Junin
Se trata de un Stegomastodon, una especie que habitó esta zona hace menos de diez mil años. En el hallazgo aparecieron huesos y molares. Desde el Museo del Legado indicaron que actualmente aparecen fósiles por la baja del agua e indicaron dar aviso en caso de ser avistados.
Es difícil de imaginar una manada de elefantes vadeando las cañadas pampeanas e irrumpiendo en los pajonales, pero lo cierto es que hace menos de diez mil años éste era un acontecimiento muy común que se hubiese podido apreciar en la Región por los habitantes.
Durante el último día de 2017, en vísperas de año nuevo, sobre las orillas del Río Salado de Junín aparecieron unos restos bastante destruídos de un Stegomastodon “bebé”, dentro del barro, casi cubierto por las aguas limosas.
Los responsables del Museo “Legado del Salado” fueron quienes se encargaron de llegar al lugar del hallazgo a la vera de la cuenca para realizar los trabajos de recuperación.
“Al acercarnos y observarlos detenidamente, nos dimos cuenta que pertenecía a un pequeño Stegomastodon, porque poseen unos molares característicos, y había uno completo asomado en el sedimento”, aseguró la investigadora del museo, Marcela Torreblanca a Democracia.
Como era de tamaño pequeño, se estimó que los restospertenecen a un individuo juvenil, quizá recién nacido.
“Esperemos que al investigar los escasos restos encontrados nos cuente más sobre la vida de este pequeño, o al menos poder inferir cómo murió, si fue por un depredador, si murió al nacer y qué circunstancias rodearon su muerte, cómo se depositó y llegó a nuestros días”, expresó.
ELEFANTES DE LAS PAMPAS
Si bien no eran idénticos a los elefantes que hoy habitan Asia y África, fueron parientes cercanos y su rol ecológico era equivalente. Como ellos, también pertenecían a la familia de los gomfotéridos.
El Stegomastodon fue el mastodonte característico del Pleistoceno argentino. Tenía el aspecto y el tamaño semejante a los elefantes actuales, pero sus molares eran distintos, ya que tenían dos series longitudinales de remates cónicos.
Los incisivos superiores eran de crecimiento continuo y formaban sus características defensas. Al igual que en el elefante, eran rectos o levemente arqueados. Estos mastodontes sólo tenían defensas en la mandíbula superior, pero existieron otros que las poseían en las dos mandíbulas.
Desde antes de la conquista española, se tenía noticias de hallazgos de huesos fósiles de mastodontes que eran atribuidos a gigantes. Por ejemplo, los habitantes cercanos a un rico yacimiento de Tarija, Bolivia, creían que antiguamente había existido allí una tribu de gigantes guerreros y destructores.
Los proboscídeos se originaron durante el Eoceno en el norte de África desde donde se dispersaron por Eurasia, y luego pasaron hacia América del Norte, entrando en América del Sur durante el Gran Intercambio Faunístico Americano. Se dispersaron ampliamente desde el Plioceno Tardío hasta el límite Pleistoceno, Holoceno.
En Junín se ha hallado una mandíbula con un molar, trozos de colmillos, restos de molares de Stegomastodon, el género característico del Lujanense.
PATRIMONIO PALEONTOLÓGICO DE JUNÍN
Los restos que están apareciendo están esparcidos y se deben rescatar a tiempo, por lo que es muy importante tomar los datos de la estratigrafía y del contexto en el que se hallan para los próximos estudios científicos.
El yacimiento de las riberas del Salado está protegido por la ley de patrimonio y es responsabilidad de todos los ciudadanos protegerlo y cuidarlo para que las próximas generaciones puedan conocer cómo era la vida del pasado, y también realizar investigaciones paleoclimáticas y ecológicas.
Los restos en sí no tienen ningún valor económico ni decorativo, pero si poseen un valor científico si son objetos de investigación, por eso hay que preservarlos y ser rescatados por expertos.
El director del Museo, José Marchetto explicó que “últimamente han aparecido algunos restos fósiles en condiciones muy malas producto de la bajada del agua en el río. Desde el museo no estamos haciendo salidas de investigación, sino tareas de rescate para salvar lo que nos sea posible de este material que está sumamente dañado por la crecida del río”.
“Por lo mismo solicitamos que si alguien ve o cree haber visto algo, nos informe para poder rescatarlo, y no intenten hacerlo ustedes mismos porque lo más probable es que se rompa. De esta manera se perderían los datos del terreno y además no puede hacerse sin el permiso indicado según la ley de protección del patrimonio 25743/03”, concluyó.
“Agradecemos la colaboración de todos en el esfuerzo de rescatar el patrimonio paleontológico juninense. Pueden comunicarse por mensaje privado a nuestro Facebook o llamar al número 2364507363”, subrayó.
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