Martes 21 de May de 2013

Pidieron 22 años para Reyep por el asesinato de Bárbara Zárate

  • Diario Democracia - Junin

La fiscal Isabel Noemí Carniel, en su alegato, pidió 22 años de cárcel para Héctor Leonardo ‘Peliculón’ Reyep, de 37 años de edad

SENTENCIA

Pidieron 22 años para Reyep por el asesinato de Bárbara Zárate

La fiscal Isabel Noemí Carniel, en su alegato, pidió 22 años de cárcel para Héctor Leonardo ‘Peliculón’ Reyep, de 37 años de edad, acusado como autor de “Homicidio (con pena agravada por el uso de arma de fuego)”, en los términos de los artículos 79 y 41 bis del Código Penal, por el hecho ocurrido el 8 de septiembre de 2011, aproximadamente a las 6, en el interior del departamento interno ubicado en calle Mariano Moreno 340 de Junín, y en el que resultó víctima la joven, entonces pareja del imputado, Bárbara Zárate.


A la misma calificación adhirió el doctor Fernando Topa, que representó a la madre de la víctima, Sandra Zárate, constituida como particular damnificada.


El tanto el doctor Eduardo Aguilar, abogado defensor del imputado, solicitó que el Tribunal encuadre el delito en el homicidio culposo y se aplique la mínima pena (6 meses).


En una maratónica sesión que se inició antes del mediodía y culminó minutos antes de las 21 de ayer, se desarrolló el juicio oral donde fue juzgado Héctor Leonardo ‘Peliculón’ Reyep, por la muerte de Bárbara Zárate, quien recibió un tiro en la cabeza disparado con una pistola calibre 22 semiautomática.


El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1, integrado por los jueces Karina Piegari, Miguel Angel Vilaseca y Esteban Melilli, dará a conocer el veredicto y eventual sentencia el próximo martes 28 del corriente al mediodía

.
Durante la jornada se escucharon unos treinta testigos, además de los peritos. En la causa principal –el homicidio-, a lo largo del debate se intentó buscar el móvil del crimen en un ámbito lejos del crimen pasional. Por el contrario, en torno a un entramado relacionado las recriminaciones que Bárbara Zárate le hacía por la venta de drogas y la permanente presencia de gente en su casa, y a cualquier hora, lo que generó una discusión la noche del homicidio. Aunque según aseveró la fiscal Carniel, la víctima era sometida a diversas situaciones de violencia y la mala relación se sostuvo a lo largo de la convivencia.


La supuesta violencia ejercida por Reyep fue el principal punto requerido al cúmulo de testigos civiles que desfilaron a lo largo del debate. Para la representante del Ministerio Público quedó evidenciada al acreditarse la tenencia del arma de fuego, y las exhibiciones y alardes que hacía el imputado manipuleando la pistola 22 sobre el partner de turno, no sólo sobre Bárbara.


La perito psicóloga, licenciada Mirta Bruno, sostuvo que Reyep sabía lo que hacía, y lo definió con una tendencia a la exaltación conductual, a la insatisfacción constante en su estado de ánimo, guiado por reacciones más que por pensamientos, mostrando un modo de ver la vida subjetivado, sujeto a patrones personales, comparados con conductas normales.


La perito relató que Reyep estaba convencido que lo que hacía era lo correcto, mostrando estados de ansiedad y refugiándose en lo fantaseado, obteniendo una creencia personal de la vida, y ayudado por el entorno.


Para Bruno, el acto de matar no está desvinculado a una estructura de vida. Aparecía desconfiado, incluso, vivía frecuentemente con una disminución del conciente que lo hizo transitar por un estado de no saber qué resoluciones tomar luego de matar: estuvo prófugo, luego regresó, volvió a irse, pasó por la esquina donde ocurrió el hecho, etc.


Asimismo, se vislumbró que no tenía una relación afianzada con Bárbara. Se venía gestando en su persona una acción de explosión mayor.


La perito, al preguntársele si observó a Reyep como una persona dispuesta a matar, consideró que “no lo veo como algo querido, pero tampoco accidental. Pero es una posibilidad dentro de su estructura personal”.

El arma

Por otra parte, el perito del Instituto de Investigaciones Criminalística, Alejandro Doro, descartó que la pistola semiautomática pueda dispararse sola. O se ejerce una presión –explicó- en la cola del gatillo o a través de un golpe; pero quieta, puesta sobre una mesa, no se dispara, concluyó.


Narró que no se hallaron residuos del disparo, lo que hace suponer que la boca de fuego estuvo a más de 60 centímetros, pudieron ser 1 metro o más. Esto es, no hubo un tiro a boca de jarro, a quemarropa

. En cuanto a la dirección del proyectil, levemente de abajo hacia arriba, lateralizado hacia la izquierda, detrás del oído, sin salida. También descartó que el arma se dispare por movimientos bruscos desde abajo hacia arriba

.
La doctora Pérez Mernes, médica de Policía Científica que realizó la autopsia, también coincidió que el disparo se produjo a larga distancia.



Fernando Topa

El abogado que representó a la madre de la víctima, constituida como particular damnificada, dijo que Reyep cometió innumerables hechos de violencia. Narró que el imputado pretendió llevar a Bárbara Zárate a un campo a tirarle tiros; incluso quiso ahorcarla, le apuntó también con el arma a la hermana de Bárbara

. A la madre de la víctima le dijo que le iba a llevar la cabeza de su hija en una caja. A la chica también la tuvo encerrada dos días.


Para Fernando Topa el dolo está acreditado. Y sostuvo que los compradores de droga en la casa de Reyep era incesante, a cualquier hora, por eso ella lo quería denunciar por la comercialización

. De hecho fue el desencadenante de la muerte de Bárbara tras la discusión esa noche. “Reyep manejó esa noche un arma cargada en perfecto estado”, sintetizó el letrado.

Eduardo Aguilar

El abogado defensor de Reyep, doctor Eduardo Aguilar, sostuvo en su alegato que el dolo no se presume en ninguna circunstancia fáctica como se ha tratado de querer mostrar en el debate. Por lo que aseguró que la intención de matar no existió.


El letrado pidió que se encuadre el hecho en el homicidio culposo, con aplicación de la pena mínima (6 meses).


En su postura, se preguntó por qué se produjo el homicidio. Reflexionó que la muerte se ocurrió tras una aparente discusión de reproche de Bárbara Zárate para que Reyep dejara de vender estupefacientes, pero, sin embargo, hasta la fecha no hay imputación de causas o expedientes por eso.


Razonó que se trató de un cúmulo de suposiciones las imputaciones hecha a su pupilo, y aseguró que ninguna pareja a la que estuvo unido lo denunció por violencia de ningún tipo. Tampoco los testigos lo vieron enojado y nunca los familiares de Bárbara Zárate lo denunciaron.


Incluso el doctor Aguilar reflexionó acerca de una testigo que apareció un año y medio después del hecho violento, situación que le resultó llamativa. Hizo hincapié en la falta de pruebas de declaración de violencia. Para ello, recordó la buena relación de una ex pareja de Reyep –Sandra Ureta- con la ex esposa del imputado, con la cual tiene dos hijas.


Por otra parte, planteó que por los acontecimientos, no se le genera que haya ocurrido una discusión al momento del trágico suceso.


Otras exposiciones

A lo largo del debate, también expusieron vecinos de la pareja, y la madre y la hermana gemela de Bárbara Zárate, quienes ya lo habían hecho durante la instrucción. Ambas ratificaron las declaraciones en las que dan cuenta de hechos de violencia de Reyep sobre Bárbara, vinculándolo también a las drogas.


El vecino y propietario del departamento que alquilaba ‘Peliculón’ dijo, entre otras cosas, que un día Reyep le pidió que le vendiera balas calibre 22, aunque él aseguró que no tenía. También habló de las discusiones de la pareja, y aseguró que no vio al imputado con estupefacientes

.
En tanto, su mujer, Marcia Rillo, también testigo del juicio y vecina, dijo que no quería que su marido alquilara el departamento. Aportó en su relato detalles de lo ocurrido esa noche, y como dato, contó que un día vio cómo Reyep le apuntaba con su arma a Bárbara y a ella misma también. “Le dije que se dejara de joder”, declaró.


Incluso, se produjo un careo entre ella y dos jóvenes que habían llegado a comprar drogas –así lo admitieron ante el Tribunal- aunque no arrojó resultados positivos frente a las contradicciones que evidenciaron los testigos

. Ambos son los que se hallaban al momento de hecho y salieron corriendo.
También dio testimonio la ex pareja de Reyep, Sandra Ureta. Contó detalles de su relación, de su separación y de cómo se enteró de lo sucedido, hasta el momento en que él llegó a su casa horas después del homicidio.


Aseguró que nunca tuvo problemas de violencia familiar y la buena relación que mantiene con la ex mujer del ‘Peliculón’ y sus hijas.

 
 
 
 
 
 


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