Miércoles 18 de Marzo de 2015
Luego de la ola de asaltos que azotó a los choferes a fin del año pasado, algunas zonas de la Ciudad se quedaron sin el servicio de transporte, sobre todo en horario nocturno. Además, en esas zonas acusan estar azotados por el delito y apuntan a los familiares y visitas de presos.
La última ola delictiva que tuvo como víctima a los choferes de taxis de Junín dejó secuelas que ahora sufren los vecinos de los barrios periféricos de la Ciudad.
Es que desde entonces, se incrementó la cantidad de choferes que deciden limitar su radio de trabajo en los límites de esos sectores.
Tal es así que en los barrios Progreso, San Jorge, La Vaca, La Loba, Municipal, 144 Viviendas y La Unión son algunos de los mencionados por vecinos y conductores en donde los taxistas "no entran". Ello, con el agravante de la falta de transporte público en el distrito.
Según pudo saber Democracia, en algunas paradas la política es hacer viajes a esos puntos "hasta las 20.30"; en otras "hasta que oscurece"; mientras que hay quienes no ingresan "ni de día".
"Es una lástima porque hay mucha gente buena y que trabaja", dijo uno de los taxistas consultados, pero señaló que han sufrido varias "emboscadas".
Sin taxis
El barrio Municipal es uno de los que se quedó sin el único servicio de transporte que hay en la Ciudad. Noelia, una de las vecinas, dialogó con Democracia y atribuyó la situación a la formación de un asentamiento con familiares de presos que buscan instalarse cerca de la cárcel.
"Atrás del barrio Municipal hay otro en el que viven todos los que roban. No podes dejar nunca la casa sola porque cuando venís no tenés nada afuera", contó Noelia a este diario.
Sobre la situación con los taxis dijo que en la zona del "velódromo los paran, se les cruzan adelante y les roban". Y dijo que esta situación ocurría "casi todos los días".
"La mayoría son familiares de presos", dijo. "Se hacen un ranchito y viven uno atrás de otro. Antes eran calmados y ahora arrancaron de nuevo con todo", manifestó.
Además, la vecina contó que hace unos días ingresaron por el patio y ante el ladrido de los perros, los intrusos escaparon. Y en otro hecho, hace unas semanas, les sustrajeron elementos de un galpón. "Cuando venían a buscar más se encontraron con la policía y se fueron".
"Al de enfrente le robaron un caniche y a la otra cuadra lo vendían a 200 pesos. Al que trae los mandados del almacén le sacaron la plata y se les caía por el camino. Les afanan siempre", protestó, indignada, la mujer.
Con respecto a las autoridades, dijo que "ya saben cómo está la situación acá y no se meten" y dijo que es porque "no les roban a ellos".
Noelia pidió que "al menos mantengan el pasto cortado para que se vea. Los lotes están todos con los pastos de dos metros de altura y no se ve. Se esconden ahí y se te tiran delante de la moto. Ya pedimos un montón de veces a la Municipalidad y nunca vienen", dijo la mujer.
La vecina expresó además que los delincuentes "son todos menores" y los tienen identificados.
"Hay dos o tres que roban motos y otros dos o tres que roban en las casas", afirmó y señaló que la policía ya los detuvo "un montón de veces" pero que luego los liberan.
"Y un montón de veces pasó la policía cuando estaban robando y siguen de largo, porque no les pueden hacer nada. A uno lo vinieron a buscar cuando cumplió 18", dijo.
Escolta
A partir de la última seguidilla delictiva que tuvo lugar a fin del año pasado, la Policía comenzó a acompañar a los taxistas en sus viajes durante el horario nocturno, siempre que lo soliciten.
Por esa medida, hubo varios casos de "pasajeros" que decidieron abortar el viaje antes de tiempo ante la presencia del móvil policial, según pudo saber este diario.
Además, las fuerzas de seguridad también decidieron realizar operativos sorpresa durante la noche, en el que varios objetivos fueron los taxis.
Pese a todo, en las periferias todavía esperan soluciones.