Martes 31 de Marzo de 2015
Aunque admitió que el crecimiento demográfico de la ciudad influyó para que emerjan problemas habitacionales y situaciones de hacinamiento, Andrés Rosa dijo que la situación fue sobredimensionada y que "no hay tantos asentamientos como dicen algunos".
La visión del Junín actual como un lugar cada vez más semejante a los centros más convulsionados del conurbano bonaerense fue, de un mes a esta parte, puesta sobre la mesa por distintas voces que manifestaron su preocupación por el crecimiento de las problemáticas sociales que suelen derivar en hechos delictivos y que ponen en vilo a la población.
Entre los que realizaron tal asociación entre esta ciudad y el Gran Buenos Aires se encuentra el presidente de la Federación de Sociedades de Fomento, Osvaldo Giapor, quien habló de una fuerte proliferación de asentamientos por "gente que viene de afuera sin un lugar donde radicarse" y sin un trabajo asegurado.
Quien salió a responder esa y otras aseveraciones fue el director de la Oficina de Asistencia a la Víctima, Andrés Rosa, quien reconoció que en el plano local se están padeciendo problemáticas sociales de fuerte alcance pero “no en la escala en la que se las está presentando”.
“Lo primero que se debe hacer en estos casos es contextualizar los datos que tenemos desde lo social como país y después bajar a Junín. Hoy tenemos un 27 por ciento de pobreza, un 34 por ciento de trabajo informal y se habla de un millón y medio de jóvenes “ni-ni”, que ni tienen trabajo ni estudian, son datos del Observatorio Social de la UCA (Universidad Católica Argentina). En este contexto, no veo indicadores sociales en Junín tan negativos. Con esto no dejo de reconocer que existe un déficit de viviendas y que en algunos lugares hay hacinamiento, pero lo que no hoy es la cantidad de asentamientos que nos quieren hacer creer algunos”, manifestó el funcionario al ser consultado por Democracia.
El problema existe, pero...
Rosa dijo no desconocer que "el problema está", pero enseguida señaló que "se enmarca en una situación de pobreza estructural cuya data es de décadas y que afecta a varias generaciones".
"El año pasado tuvimos una toma importante, creo que la mayor, fue en el barrio Los Almendros, donde sí pudo haber estado presente algún grado de componente político porque observamos que no era algo espontáneo", expresó.
Las usurpaciones
Rosa sostuvo que "el tema de usurpaciones y de toma de inmuebles no deja de ser de gran complejidad, hablemos de tierras públicas o privadas".
"Los últimos que se dieron fueron en terrenos privados y creo que es importante dejar sentada una premisa que tiene que ser fundamental: si todo queremos vivir en una sociedad civilizada y confiando en las normas, no podemos permitir que cada individuo quiera hacer justicia por su cuenta. Desde mi punto de vista, algunas voces que han salido últimamente ha hablar han sobredimensionado el problema".
En cuanto a los inmuebles usurpados en la actualidad, Rosa dijo no tener estadísticas ni cifras aproximadas que reflejen la prevalenia de la cuestión en la ciudad.
"Son casos puntuales que están siendo atendidos y obviamente a veces podemos tener resultados más rápidos en unos casos que en otros. Conozco los casos, en algunos de ellos los usurpadores dicen que fueron enviados por gente de la Municipalidad, en otros señalan a otro espacio político, pero cuando les pedís que se acerquen a exhibir la documentación que avale sus dichos, no aparecen más", relató el director de Asistencia a la Víctima.
Consecuencias del crecimiento
Situada a 260 kilómetros de la Capital Federal, con alrededor de 100 mil habitantes, Junín ya no es una ciudad apacible, de puertas abiertas y bicicletas sin candado en las veredas.
Esa misma lectura es , palabras más, palabras menos, la que realiza Andrés Rosa al analizar el presente local y sus componentes sociales.
"Nuestra ciudad ha cambiado en los últimos diez años, producto de un gran crecimiento, y estas cuestiones aparecieron de otra forma y generando otro impacto. Pero todavía no estamos para compararnos con ciudades del Conurbano", consideró.
De todos modos, observó que "hay algunos barrios que se han complejizado pero no porque vinieron cien familias y se instalaron, sino que se va dando una situación de goteo y hay que atenderla porque nos referimos a gente que arma cuatro chapas y no cuenta las más mínimas condiciones para vivir cómodos y con bienestar".