Miércoles 3 de Febrero de 2016
En Junín trabajan en el proyecto para reconvertir el actual basural en un Relleno Sanitario. En Lincoln, tienen una planta de reciclado pero sin funcionar. Y en Chacabuco, cuentan con una planta nueva pero deben sanear el viejo sumidero.
Por guardar la suciedad bajo la alfombra durante varios años, una gran cantidad de los municipios bonaerenses atraviesan hoy dificultades para la disposición de los residuos sólidos urbanos.
Un caso emblemático es el de Junín, donde el Relleno Sanitario devino en un gigantesco basural a cielo abierto y el tema está judicializado. Fuera de control durante varios años, el predio situado sobre la Ruta Provincial 65 es hoy un foco infeccioso –según informes oficiales del Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS)–, donde los residuos se acumulan sin un tratamiento y las columnas de humo que provocan las quemas ya provocaron un accidente.
Ante esta herencia, la nueva gestión municipal que asumió el 10 de diciembre pasado trabaja en un proyecto para sanearlo y reconvertir el sumidero en un Relleno Sanitario. La iniciativa, que desarrolla la Secretaría de Medio Ambiente, a cargo de la ingeniera ambiental Perla Casella, ya fue presentada en distintas áreas y será la que el municipio llevará a la audiencia que se realizará en las próximas semanas por el amparo iniciado por Adrián Feldman –actual secretario de Legal y Técnica– a fines de 2014 para que la Justicia intervenga en el tema.
Esa causa, que tramita en el juzgado en lo contencioso administrativo de Junín a cargo del juez Juan Bazzani, involucra a la Provincia (representada por el OPDS) y a la Municipalidad por la responsabilidad de la puesta en funcionamiento de la planta de residuos.
Según pudo saber Democracia, la iniciativa que presentará la comuna tiene previsto un trabajo en conjunto con la Provincia, con todas las medidas de control.
Lincoln
Lo que hasta hace un tiempo se suponía que funcionaba, parece que no era del todo así. “La situación es caótica”, dijo el secretario de Producción y Medio Ambiente de Lincoln, Juan Cruz Martínez. “Tenemos un basural que había sido originalmente un relleno, se quedó sin espacio y ahora tenemos una planta de reciclado colapsada de balas de basura –residuos prensados en un paquete de 2.40 mts. de largo y 1.40 de alto, con un peso de 3000 kilos.
“Tenemos 2 millones de kilos de basura dentro de la planta de reciclado”, dijo Martínez a este diario.
El funcionario contó que “originalmente la gestión anterior había comprado una chacra para hacer otro relleno, pero lo quiso transformar en un parque industrial, hizo todos los estudios y pidió las habilitaciones con esa idea. Pero ni bien asumimos, nos dimos cuenta, por sentido común, que por la topografía del terreno y estar medio metro debajo del nivel de la ruta que se iba a inundar”, explicó. “Nuestra tarea es volver todo a su objetivo original y hacer que ese basural vuelva a ser un relleno”, dijo el ingeniero agrónomo.
A la vez, Martínez contó que mientras tanto realizaron excavaciones en donde antiguamente funcionaba el relleno sanitario y se encontraron con que “gran cantidad de lo biodegradable se biodegradó y podemos volver a usarlo”.
Además, indicó que están tratando de establecer qué ocurrió con un presupuesto de 5 millones de pesos que se habían asignado el año pasado para el vertedero de Lincoln y que ahora no saben “en qué se gastaron”.
En Lincoln, se había organizado la planta de tratamiento, se forestó, se construyó el relleno y la planta de reciclado. “Tenemos un horno pirolítico que nos podría simplificar mucho la vida, con el tema patogénico”, indicó. El artefacto con su instalación cuesta unos 500 mil dólares. “Lo único que falta es la instalación, que es un monto importante de dinero. Significan 42 meses de pago de la disposición de residuos patogénicos del hospital municipal”, dijo. “Pero hicimos el cálculo que si tomamos los residuos de las dos clínicas, veterinarias, los consultorios odontológicos, laboratorios, se recupera en 12 meses”, dijo. “Solo falta ponerle el gas y los medidores de temperatura”, añadió. También subrayó que hay una chacra y camiones 0 kilómetro adquiridos. De hecho, uno de ellos está sin funcionar porque le falta un chapón.
“Nuestro objetivo es contar con la planta de reciclado libre, poder emparejar el terreno, que no quede basura expuesta y poner en marcha el nuevo basurero”, dijo. Con esos recursos en condiciones, la meta del municipio es lograr “reciclar todos o casi todos los residuos” y los que no se puedan “realizar tratamientos biodegradables y con digestores”. De esa manera, buscarán producir, por ejemplo, fertilizantes con los biodegradables y poder aprovechar los recursos que generen los reciclables.
En tanto, en Chacabuco, el año pasado quedó inaugurada la nueva planta de tratamiento de residuos que reemplaza al viejo basural municipal. El desafío que tiene por delante ahora la nueva gestión es reconvertir el viejo vertedero y evitar que siga funcionando como tal, y garantizar el pleno funcionamiento de la nueva planta.