Sábado 28 de Septiembre de 2013
“Ciudad Nueva” es un proyecto faraónico: construir una suerte de Puerto Madero juninense donde vivan cinco mil personas en terrenos pegados a la Ruta 7, cerca de la próxima Terminal.
Escribe Omar Bello
Amigos son los amigos
Dilucidar el nacimiento de un negocio en Junín es parecido a entender cómo se construyeron las pirámides. Hay varias teorías dando vueltas pero a todas les falta algo. Claro que en nuestro caso las dudas, lejos de concentrarse en las maravillas arquitectónicas de los proyectos, está relacionadas a cuestiones del tipo: ¿Quién trajo la idea? ¿Existe algún tipo de “entrevero” en el medio? ¿Todos los involucrados son de un mismo color político?
Los nombres representan un buen punto de partida. Y en ese sentido Mario Meoni tiene una ventaja que desearía cualquier intendente: ser amigo de Gustavo Durán, señor poco conocido pero que ocupa un cargo clave en el Tribunal de Cuentas, órgano que resulta fundamental a la hora de aprobaciones y otras yerbas.
Ahora nos olvidamos, pero Gustavo Durán se hizo “famoso” cuando comenzó a dar vuelta el proyecto de la Terminal. El funcionario en cuestión habría llegado por obra y gracia de Guillermo Bornic (los une el parentesco), hoy un personaje clave para el mandamás del Banco Provincia Gustavo Marangoni.
Eran las épocas de relaciones aceitadas con Daniel Scioli, y aunque ahora el clima está más ríspido después de las PASO, todos confían en que al final del camino el Gobernador de la Provincia y Sergio Massa se conviertan en aliados. De ser así, el grupo volvería a juntarse sin tantas precauciones. Igual, las malas lenguas aseguran que el trío original nunca se habría separado del todo. Entre juninenses (los tres personajes centrales son de esta ciudad) no se van a pisar las mangueras. Por lo menos Durán y Meoni seguirían muy cercanos, Bornic estaría cuidando su lugar en la complicada Buenos Aires, destino en el que anda ahora. ¿Qué Bornic es peronista? Bueno, se trata de un detalle menor en estos tiempos.
Terrenos
“Ciudad Nueva” sería la prueba de que las relaciones permanecen intactas y van por más: construir un polo faraónico en terrenos cercanos a la Ruta 7.
Hace tiempo que los movimientos de un exitoso empresario (de ascenso rápido por no decir meteórico) a quien apodan “El pelado” (muy original) y cuyo apellido empieza con B, está comprando tierras ubicadas en lugares estratégicos. Una de sus últimas adquisiciones serían terrenos ubicados cerca del Parque Industrial. La inversión encajaría en una operación normal de compra venta de no ser por un dato: El Parque Industrial está quedando chico y esos terrenos podrían servir a la hora de generar una expansión necesaria. La pregunta obligada es: ¿Se trata de un inversor arriesgado o cuenta con información clave?
“El pelado B” no anda solo en sus aventuras inmobiliarias. Su socio sería un inversionista de Ascensión cuyo apellido empieza con P.
Como ya ocurrió con la Terminal hace tiempo, otra vez los mismos nombres aparecen en juego, pero de la mano de “El Pelado B” y su socio, quienes tendrían las tierras sobre la que se construiría este proyecto faraónico que todavía tiene forma de carpeta aunque muchos interesados lo empujan a fuego lento.
Por supuesto, las inquietudes son idénticas a las planteadas en el caso del Parque. ¿Hasta dónde sabe “El pelado”? Porque de construirse la ciudad sus terrenitos ganarían tanto valor como su asombroso crecimiento patrimonial en años luz (Junín, ciudad generosa). Tema que conduce a otro gran misterio juninense: ¿Quiénes son los inversores y cuál es el origen del dinero que permite ciertas obras en la ciudad? Maraña espesa que junta a personas de distintas banderías y partidos políticos e intereses que parecerían contrapuestos.
Puerto Madero juninense
Además de un negocio fenomenal, la construcción de este polo urbano independiente con capacidad para albergar a cinco mil personas es un desafío mayúsculo que, si bien podría ser muy bueno, también traería consecuencias que deben evaluarse con cuidado (además de las motivaciones reales, obvio). Por ejemplo, ¿cómo impactará en el valor de las propiedades en la ciudad “vieja”? Y algo aún más trascendente para un Junín que ya está partido al medio: ¿No se trata de una nueva división?
El concepto de “Ciudad Nueva” sería muy parecido al que originó Puerto Madero; es decir, un enclave dirigido a las clases medias y medias altas cuyo eje de venta será la seguridad y el “aislamiento”. Por más que no se trate de un country, semejante emprendimiento levantado desde cero portaría ventajas en términos de infraestructura, modernidad y seguridad que “envejecerían” al resto.
Aunque hoy por hoy Puerto Madero sigue siendo una suerte de “tumor” que no está del todo integrado a Buenos Aires y por tal motivo alberga a personajes bastante particulares (se ven pocas familias), los precios a pagar son exorbitantes y superan a los de Barrio Parque (el área más tradicional). ¿Por qué? Los investigadores suponen que pagar nueve mil dólares el metro cuadrado (ninguna otra área llega a tanto) es una ventaja para los lavadores de dinero.
“Ciudad Nueva” no tendría ese perfil descollante y espectacular, pero en esencia mantendría idéntico espíritu.
Parece que después de octubre tendremos muchas sorpresas. ¿Una que dejamos para más adelante? La llegada del Bingo.