Lunes 16 de Julio de 2018
UBER: la claves de un debate caliente que se instala en la provincia
La Plata, jul 15 (DIB).- La presentación de un proyecto de ley para habilitar la actividad de UBER y otras plataformas digitales de transporte de pasajeros en la provincia de Buenos Aires generó una fuerte reacción por parte de cámaras y sindicatos de taxis y remises, y abrió un debate que hasta ahora no se había dado en la provincia: ¿pueden funcionar estas aplicaciones en territorio bonaerense?
UBER, Cabify y Lyftle, entre otras, son apps que "conectan" a conductores con pasajeros a través de una plataforma online que funciona como soporte de toda la operación, cobra el viaje a una tarjeta de crédito previamente cargada por el usuario y deposita el dinero en una cuenta del chofer luego de descontarle un canon por el servicio.
El desembarco de UBER en Argentina, ocurrido en abril de 2016, tuvo su epicentro en Capital Federal. Como en las más de 400 ciudades donde ya funciona, el proceso de instalación no está siendo sencillo: los taxistas porteños organizan "escraches" contra los choferes, que semana a semana se vuelven más violentos. Días atrás circuló un audio en el que el líder de "Taxistas Unidos", Marcelo Boeri, incentivaba a otros choferes a encontrar el domicilio del secretario de Transporte de la Ciudad, Juan José Méndez: "el que le pega tiene premio", avisó.
Las empresas deben también sortear las trabas impuestas por la Justicia y el Gobierno porteño, que se niega a reconocer la actividad de UBER en particular, ya que Cabify aceptó inscribirse en el registro de remises y radio taxis, un requisito que Horacio Rodríguez Larreta les impuso para funcionar en regla en el territorio que gobierna.
La Justicia, por su parte, les prohibió a las apps operar con tarjetas de crédito, algo que casi significó el golpe de gracia contra la actividad, ya que ese medio de pago es el corazón de todo el sistema. Finalmente, tras algunos ajustes técnicos, UBER se las arregla desde el año pasado con pagos al contado.
En Buenos Aires
La polémica por la instalación de UBER en Argentina se trasladó esta semana a la provincia de Buenos Aires, luego de que el diputado provincial de Cambiemos, Guillermo Castello, presentara un proyecto para regular el funcionamiento de estas empresas.
Concretamente, la iniciativa del diputado alineado con Elisa Carrió modifica el decreto-ley 6.378, que data de 1957 y regula la actividad del transporte de pasajeros en la provincia. La norma agrega el capítulo "Servicio de transporte privado a través de plataformas electrónicas", que engloba a todas las apps similares a UBER.
El proyecto habilita a dueños de autos privados inscribirse en una o más de estas empresas para brindar el servicio de transporte privado, y no impone un límite para la cantidad de unidades, ni un precio fijo para los viajes. Sin embargo, sí presenta una serie de requisitos para los nuevos choferes, como la exigencia del registro de conducir profesional, del seguro para pasajeros y la inscripción tributaria y previsional. Todas estas cuestiones no son solicitadas por la empresa a la hora de abrir una cuenta de conductor.
En tanto, a las apps se les pide la inscripción en un registro, fijar un domicilio en la provincia, cumplir con la legislación vigente en materia de transporte privado y exigir que los choferes cumplan a su vez con todas las normas tributarias.
"Existe un vacío legal que tratamos de llenar. Con el proyecto proponemos condiciones que igualen a estos nuevos choferes con los taxis y remises y establecemos reglas claras para que haya competencia leal", señaló Castello a DIB, al referirse a su iniciativa.
Sin embargo, existe un problema: UBER se caracteriza por hacer caso omiso a las regulaciones locales. Desde su creación en 2009, esta app fue desembarcando en diferentes capitales del mundo con sus propias reglas, y se instaló "a fuerza de uso", esquivando las normas vigentes y forzando, por el peso de sus propios usuarios, a modificar las reglas.
En sus 9 años de funcionamiento, la empresa únicamente aceptó regulaciones propias de las plataformas digitales. Incluso en Capital Federal se niega a inscribirse en los registros oficiales, aún bajo la promesa de que así le desaparecerían todas las trabas.
La razón de esta resistencia se halla en la propia "filosofía" de la app: la empresa se niega a reconocer a los choferes como "sus" trabajadores. Y se presenta como una plataforma que conecta a quienes ofrecen sus vehículos y quienes necesitan viajar, sin hacerse cargo de las condiciones de los vehículos ni la pericia de los choferes: solo es necesario presentar el registro, un certificado de antecedentes penales y una cuenta bancaria para recibir los pagos.
CÓMO FUNCIONA
Pese a estar prohibidas, las apps de transporte ya cuentan, según sus propios registros, con más de 30 mil personas inscriptas como conductores. Siempre según las empresas, 750 mil personas alguna vez usaron el servicio en el área metropolitana.
En la provincia de Buenos Aires, UBER registra una fuerte pero silenciosa actividad en La Plata y algunas localidades del norte del Conurbano, pero no tuvo por ahora una inserción conocida en el interior.
El sistema utilizar el GPS del celular para que, a la hora de que alguien pida un viaje, se lo conecte con el chofer que se encuentre más cerca de ese destino. Al usuario, la app le indica el nombre del chofer que acudirá a su pedido, la matrícula del auto y el costo total del viaje, ya que previamente debe consignar el punto de llegada.
Por cuestiones de seguridad, el sistema también crea un código para que el pasajero envíe a algún conocido, que así puede seguir el trayecto en tiempo real. Y aunque actualmente está prohibido en el país, el uso de la tarjeta de crédito evita el uso de dinero en efectivo, y deja toda la operación registrada, sin margen para operaciones en negro.
REPAROS
Asociaciones de choferes de taxis y remises se oponen tajantemente a la introducción de UBER en la provincia. Marcelo Santomassimo, vicepresidente de la Federación Nacional de Propietarios De Taxis, calificó el proyecto de Castello como "un mamarracho", y advirtió que "vamos a ir hasta las últimas consecuencias" para frenarlo.
Los taxistas basan su rechazo en dos cuestiones centrales: la ampliación indiscriminada de la oferta de vehículos de alquiler, lo que generaría una significativa caída en sus ingresos, y las desventajas normativas respecto a los autos que funcionan con UBER o Cabify.
Si bien las normas varían en cada municipio, de base a los taxistas se les exige una habilitación municipal, el pago de un canon anual, seguro para pasajeros, VTV al día, libreta sanitaria y registro profesional. En La Plata, incluso, los choferes deben someterse cada 40 días a un proceso denominado "de desinfección", en el que los inspectores revisan que todos los papeles estén en orden. A eso debe sumársele los costos de un reempadronamiento anual, donde deben volver a presentar toda la documentación.
Enfrente, un UBER solo necesita la VTV, un seguro contra terceros (el mínimo exigido), la licencia de conducir "clase B" (para autos), y un certificado de antecedentes penales. Salvo lo último, nada fuera de lo que requiere cualquier persona que quiera salir a la calle con su auto. (DIB) JG
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