Miércoles 18 de Diciembre de 2013
Las crecientes exigencias del RENAR no desalientan a los compradores. Tampoco el plan de desarme del gobierno nacional.
El plan de desarme impulsado por el gobierno nacional -y que en Junín se implementó en el mes de abril, después de los incidentes del 10-M- lejos de alcanzar los efectos deseados, no ayudó a disminuir ni mucho menos la circulación de armas en manos privadas. Tampoco desalienta la compra los requisitos cada vez más numerosos del RENAR para la registración de un arma y la conformación del expediente para la persona compradora.
Carlos Ceratto –quien se encuentra al frente de un local que tiene ya 92 años de historia comercial vinculado a la venta de armas y también tiene a su cargo la oficina regional del RENAR con un alcance de cien kilómetros a la redonda pero tiene alcance nacional- comentó que desde hace un año el RENAR implementó un nuevo sistema denominado Sigimac (Sistema de Gestión Integral de Materiales Controlados) un sistema on line a través del cual todos los usuarios relacionados con el uso, la fabricación, importación, venta y registración de materiales controlados (armas, explosivos, chalecos antibalas, blindados, etc.) pueden gestionar de manera directa sus productos y actividades, garantizando calidad en la información y transparencia en la transacción.
Salvo averiguación de antecedentes todos los demás pasos para la registración y control de las armas están informatizados.
Requisitos y exigencias
En diálogo con LA VERDAD, Ceratto detalló las exigencias actuales que deben cumplir quienes deseen adquirir un arma: No tener antecedentes judiciales ni penales; tener un medio de vida licito identificable por recibe de sueldo o número de CUIT o monotributista; mayor de 21 años; si es estudiante debe presentar certificado de alumno regular y que el padre o tutor justifique que lo mantiene.
También el comprador debe hacerse exámenes físicos con médico y aptitud psicológica con profesionales idóneos. A su vez, un instructor de tiro matriculado que le certifica la idoneidad en el manejo de armas de fuego, un requisito ineludible e indispensable.
Con esos elementos, el RENAR abre un legajo que dura cinco año, período en el que puede ingresar más armas en forma legal. El comprador tiene un límite de diez armas (legítimo usuario, es la figura), a partir de ese número, se pasa a ser lo que se denomina gran usuario y se debe justificar con inspecciones que se cuenta con el lugar adecuado para alojar las armas.
“El RENAR es uno de los entes que más recauda. Hay, en todo el país, aproximadamente tres millones de legítimos usuarios que renovamos tal condición cada cinco años, ingresando armas en el legajo periódicamente”, detalló Cerato quien también mencionó que existen “compradores compulsivos
Fabricantes, armerías, distribuidores, coleccionistas, agencias de seguridad, fuerzas armadas, policías, grandes usuarios, legítimos usuarios, todos ellos están bajo la órbita del RENAR.
Ceratto expresó que “todas estas exigencias que plantea el RENAR son, básicamente, para desmoralizar al que va a comprar armas” debido a la cantidad de pasos y trámites que se deben hacer para cumplir cada requisito. “La gente puede optar por no comprar o no registrar, que es lo peor, porque sigue habiendo armas en negro”, señaló.
Mercado negro
“La gran diferencia con Estados Unidos es que acá cualquiera tiene acceso a un arma de fuego, pero en el mercado negro y allá no. En el país del norte uno puede comprar todo, registrando todas las compras solamente con el documento. No me quiero ni imaginar la cantidad de armas que hay en las villas, que son todas robadas”.
Recordó en tal sentido que “hace 50 o 60 años atrás, las familias tenían armas en negro, no existía el RENAR. En Junín, por ejemplo, estaba la Casa Andrade, donde había desde materiales de construcción hasta un bar y se podía comprar un revólver y las balas y solamente se le hacía una boleta al comprador. Se calcula que existe un promedio de una o dos armas por domicilio”.
“En este momento, lo único que se está haciendo es atacar al que está legal pero ¿y el mercado negro?. Hoy, por ejemplo –el día en que se hizo la nota- robaron 40 armas de una agencia de seguridad”, mencionó.
“Se hizo una entrega voluntaria de armas. Se gastaron fortunas, pero ¿que se sacó del mercado?, lo que no sirve”, indicó.
Consideró que en el caso de Junín y zona no es preocupante el mercado negro de armas aunque sostuvo que “el mercado negro tiene altos índices en grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario, Córdoba y La Plata, más allá de que por allí aparezca algún particular a vender un arma”, aunque mencionó que existe una práctica que se da en Junín como es la venta en forma particular de un arma que pertenecía a una persona que falleció ya que lo único que desean es desprenderse de la misma y hacerse del dinero de la venta.
Las armas que se pueden vender
Ceratto lleva un registro pormenorizado de las armas que ingresan y salen. En Junín se venden más armas de caza y deportiva, antes que de defensa –que son las más pequeñas (revólveres o pistolas)-.
“Acá se venden –detalló- en primer lugar las carabinas 22, luego los fusiles de caza mayor, tercero las escopetas y cuarto, las armas cortas –pistolas y revólveres-, un orden de venta que por allí en Buenos Aires, por ejemplo, puede variar”.
La legislación actual establece que a los particulares solamente se les puede vender armas largas semiautomáticas calibre 22. “Ningún civil –dijo- puede tener acceso a armas de mayor calibre como fusiles FAL, AR 15, M-16, fusiles-ametralladoras, AK-47, que están todos prohibidos. No tiene acceso ningún civil, legalmente”.
Compradores compulsivos
En este mercado también se da el fenómeno de los compradores compulsivos. Al respecto describió Ceratto que “en 100 kilómetros a la redonda, hay por lo menos 100 o 150 personas que tienen más de cincuenta armas, que compran porque les gustan y además tienen un poder adquisitivo que les permite hacerlo”.
Precios y calidad
Y con respecto a los valores que se manejan, mencionó que todo varía por las características del arma. “En Argentina se habilitaron muchas fábricas con productos de baja calidad, como hay armas que son de calidad reconocida como Bersa que exporta permanentemente” mientras que en el segmento de escopetas, fusiles, pistolas, “las mejores son europeas: Beretta, Mauser, marcas inglesas como Holland y Holland o las austríacas, mientras que los mejores revólveres del mundo son americanos: el Colt, Smith and Wesson y el insuperable Colt 45. Entre Estados Unidos y Europa se reparten las armas de mejor calidad, más allá de que ahora también hay de fabricación china, japonesa y hasta de Malasia”.
Los costos de grandes armas realmente “asustan”. Como ejemplo Carlos Ceratto mencionó que “un maletín con cuatro caños de escopeta, dos culetas con báscula y cinco juegos de caños de la marca italiana Perassi valen 300 mil dólares; una escopeta Holland y Holland –que es toda artesanal- hay que hablar de 70 mil dólares para arriba; escopetas de competición de las líneas Beretta o Perassi valen en Argentina de 18 a 20 mil dólares”.
Pero también hay armas más accesibles como por ejemplo escopetas desde 8 mil pesos. Los fusiles de caza mayor, sin mira telescópica, varían desde 9-10 mil pesos hasta lo que se quiera gastar.
Y también las armas tienen un sector selecto, que son las de edición limitada que ya directamente no tienen precio: puede llegarse a pagar un millón de dólares. Las armas son el tercer negocio más rentable del mundo, superando a los sectores automotriz o alimenticio.
Las balas también tienen su costo. Una caja de veinte balas de caza mayor cuesta entre 500 y 600 pesos.
Menos puntos de venta
Destacó Ceratto que “este gobierno ha sacado muchos puntos de venta. Había mucha gente que molestaba como los que vendían en negro, que no llevaban registros, que pasaban armas por debajo del mostrador”.
En Junín, por ejemplo, hasta no hace mucho tiempo había cinco armerías y hoy queda una sola; en Pergamino había cuatro y hoy existe una sola también.
Las restricciones en la importación también afectó el mercado aunque “ahora parece que habrá una reapertura”, indicó el armero consultado quien mencionó que “Menem eliminó un impuesto interno del 20,5% por unidad que se aplicaba y lo retenía el gobierno. Ahora parece que se implementará otra vez, con lo cual las armas van a ser 20% más caras”.
