Sábado 14 de May de 2016
Es por el proyecto del Aula Multisensorial desarrollado en la Escuela de Educación Especial 502. Representarán al país junto a otras dos iniciativas.
Desde hace cinco años, los alumnos de la Escuela de Educación Secundaria 2 “Patricias Argentinas” (EEST2) vienen desarrollando un proyecto de un aula multisensorial, una iniciativa que representará al país en un concurso internacional organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Este proyecto ya alcanzó un gran reconocimiento a nivel nacional, ganando varios premios en certámenes educativos. Ahora, es uno de las tres que fueron seleccionadas por Argentina para participar de este concurso financiado por el Gobierno de Japón.
Tanta fue la repercusión, que el noticiero Telenoche vino a hacer un informe especial sobre el aula multisensorial (ver aparte).
Los docentes a cargo de acompañar a los alumnos en esta iniciativa se manifestaron orgullosos” de los logros obtenidos por los jóvenes y destacaron que siguen trabajando con ellos y con muchos otras propuestas.
Concurso internacional
El proyecto del aula multisensorial, que comenzó en 2011, obtuvo numerosos reconocimientos.
Este año fueron los ganadores del Concurso Samsung, en donde se presentaron más de 400 propuestas. También estuvo seleccionado entre los diez mejores de escuelas técnicas del país por el premio de excelencia en educación Clarín Zurich. Además, tuvo una mención especial en las Olimpíadas que organiza el INET, donde se presentaron unos mil proyectos de todo el país. Y fue declarado de Interés Municipal en nuestra ciudad y de Interés Provincial por la Legislatura bonaerense.
Como una suerte de “frutilla del postre”, ahora llega esta oportunidad mundial que les brinda la Unesco. Miguel Laiun, profesor de Evaluación de Proyectos en el séptimo año de la “Patricias”, explica en Argentina se eligieron solamente tres proyectos: uno de Tucumán, uno del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el de la EEST2.
“Ojalá que ganemos –se entusiasma Laiun–, pero el objetivo nuestro es darle más visibilidad al proyecto. En la situación en la que estamos, ya ganamos, porque se hace más conocido este tema. La semana pasada estuvimos con los chicos presentando esto ante el ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, ahora vino gente de Telenoche, es decir que todo esto ya fue ganancia”.
Pablo Furnari, docente de Desarrollo de Software en séptimo año, afirma que a partir de la repercusión de la iniciativa “uno se siente ‘ancho’ y no entra en la ropa por el orgullo”.
Y agrega: “Cuando uno ve a los alumnos cómo se desenvuelven, por ejemplo, el jueves ante un periodista, piensa que uno tuvo que ver en su formación, hay un poquito mío en esto que están diciendo. Entonces, más allá de los proyectos, estos chicos salen de acá técnicos y con buena preparación. Y el orgullo es muy grande”.
Qué es un aula multisensorial
Docentes de la escuela técnica explican que un aula multisensorial es un espacio con estímulos de luces, imágenes y sonidos. Se trata de una herramienta pensada para alumnos con capacidades diferentes, que fue instalado en la Escuela 502.
En este caso, se dispuso la colocación de almohadones interactivos, con sensores, que cuando son presionados por los chicos, se manda una señal a la computadora que hace que se prenda una luz, se muestre una imagen y/o se emita un sonido.
Este instrumento permite diferentes configuraciones que los docentes pueden cambiar de acuerdo a sus necesidades para el trabajo con los alumnos.
Evolución del proyecto
La idea del aula multisensorial fue concebida en 2011 por los alumnos del sexto año de la EET 2.
“En aquel año –recuerda Laiun–empezaron investigando qué se podía hacer, qué había el mercado, todo a nivel teórico. En el 2012 ya tiraron algunos circuitos y vieron algo de la programación, en 2013 se hizo la maqueta y se la hizo funcionar, en 2014 se consiguió el financiamiento y se hizo la instalación, y el año pasado se hizo la capacitación de los docentes y la puesta en marcha del aula. Desde entonces, séptimo año se encarga de su mantenimiento”.
Para el docente, “la fuerza que tiene ese proyecto es que es plurianual y hoy es parte de la cultura de la escuela”.
Es que lo que comenzaron los alumnos del último año en 2011, lo continúan hoy los que egresarán este año. Es que más allá de que el aula multisensorial ya está funcionando, se le siguen sumando cosas.
“La idea es que todos los años, en séptimo, surja algún proyecto que amplíe el del aula multisensorial”, agrega Furnari.
Es por ello que actualmente están trabajando en la confección de un manual, ya no para explicar su uso, sino para poder replicar la idea: “Es decir que cualquier escuela técnica del país va a poder tomar esta iniciativa y hacerla en su lugar. Hoy los planos y demás están a disposición en la web, pero queremos hacer un manual para que se pueda instalarla de punto a punto sin que sea necesaria nuestra intervención”.
Y, por supuesto, seguir sumando funcionalidades, a partir de las demandas de los docentes de la Escuela 502. De hecho, les fue planteado el hecho de que actualmente hay en ese establecimiento chicos que son ciegos y sordos, por lo que los alumnos ya están trabajando para sumar una función que, al presionar los almohadones, también tengan patrones de vibración.
Beneficios
Los docentes afirman que tanto este proyecto como los otros que están desarrollando, son muy beneficiosos en el proceso de aprendizaje.
“Los chicos aplican sus conocimientos, y además, estos proyectos aportan compromiso social y trabajo en equipo, porque se ayudan mutuamente”, explica Furneri.
Laiun agrega que también se genera “una motivación diferente, porque no estudian algo porque sí, sino que pueden aplicar lo que saben”. Y grafica: “Muchas veces sucede que aprenden física o matemática sin saber cuándo lo van a usar, y en los primeros años de la secundaria los pibes preguntan ‘¿para qué quiero saber física?’, y resulta que cuando pusimos el aula multisensorial usaron física para hacer el espejo infinito. Lo mismo que la Matemática y hasta Lengua, para hacer un informe o un manual, es decir que todo el tiempo se está aplicando ese aprendizaje”.
Y todo esto, desarrollado en un ambiente que está muy lejos de ser el ideal, siendo ésta la única escuela secundaria de Junín que no tiene edificio propio, funciona en uno que está deteriorado, con boquetes tapados con maderas, sectores en los que se llueve, y notables déficits de infraestructura.