Lunes 29 de Agosto de 2016
Según fuentes policiales, el accidente se produjo mientras estaba cazando. Se trata de Carlos Bico, de la vecina ciudad de Suipacha. La Policía de dicha ciudad fue advertida del hecho por un llamado anónimo al 911. Su cuerpo fue encontrado sin vida en el camino real que corre junto a las vías del Ferrocarril, en inmediaciones del Puente La Salada.
Un suipachense fue encontrado vida, en horas de la tarde de ayer, en inmediaciones de puente del arroyo La Salada, en un camino que corre paralelo a las vías del Ferrocarril Sarmiento, cuyo fallecimiento se produjo por el disparo de un arma de fuego, que según indicaron fuentes policiales, se habría disparado accidentalmente.
La Policía de Suipacha tomó conocimiento de este hecho a raíz de un llamado anónimo recibido al número de emergencias 101, en el que se indicaba que, en zona rural, próxima al dicho puente, junto a una pick up, se hallaba una persona sin vida.
De inmediato se acercó al lugar un móvil, tratándose del camino real de tierra que se halla al costado de las vías del ferrocarril Sarmiento, que une Suipacha con la localidad de Gorostiaga, a unos 500 metros antes de llegar al puente del arroyo Las Saladas, constatando que, junto a una pick up Ford F-100, color rojo, dominio RHT-123, se encontraba el cuerpo sin vida de una persona de sexo masculino con un impacto de proyectil de arma de fuego en el pecho.
Más tarde se hicieron presente en el lugar, personal de la fiscalía actuante y una comisión de Policía Científica Mercedes, quienes luego de examinar la escena, confirmaron que se trataba de Carlos Bico, conocido vecino de Suipacha, quien a juzgar por las ropas que vestía se hallaría cazando y que en forma accidental se habría descerrajado un disparo de escopeta en el pecho que le había provocado la muerte.
"Carlitos” o "El loco” Bico, como era conocido en Suipacha, hijo de una tradicional familia suipachense, había sido integrante del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios y en la actualidad se desempeñaba en el rubro de perforaciones de suelos.
Escrito por Fernando Poggio