Viernes 1 de Agosto de 2014
Teresa Turchi tiene 65 años y ayer pasó un momento de suma tensión, que seguramente jamás podrá olvidar.
Cerca de las 18 horas, mientras se encontraba en su casa de Pringles 164, tomando mates con algunas amigas, recibió un llamado telefónico que recordará para siempre.
“Tenemos secuestrado a su hijo, no corte el teléfono, queremos $10 mil ahora”, habrían sido las palabras que ingresaron por el oído de Teresa y que inmediatamente generaron su pánico. Su hijo, José Ignacio Grasi, por esas horas tenía que estar en su trabajo, pero Teresa no tenía forma de comunicarse con él, ya que el delincuente le exigía constantemente que no cortara la comunicación.
Pero el momento de nerviosismo y la desesperación iban a encontrar un final. Una amiga de Teresa, con mucha inteligencia, pudo comprender lo que estaba pasando y llamó desde su celular a José Ignacio, y de esa manera pudo constatar que estaba sano y salvo. Así, Teresa pudo cortar la comunicación y esperó a que llegara su hijo para darle un abrazo por demás de emotivo.
A raíz del episodio, esta familia decidió tomar la mejor decisión y radicar la denuncia en la comisaría de Lincoln. Por este hecho se abrió una investigación que fue caratulada como “Estafa en tentativa”, en la que tomó intervención la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 7, a cargo del fiscal Ángel Humberto Quidiello.