Martes 18 de Agosto de 2015

INDACOCHEA

Tras las inundaciones aparecen grandes víboras

  • La Razón de Chivilcoy

Una, que sería una falsa yarará, fue encontrada en el puente de las vías de la localidad de Indacochea.

Tras la bajada del nivel del agua en las zonas rurales se deben tomar algunos recaudos, porque existe el riesgo de toparse con víboras traídas por las inundaciones. Es el caso de Cristian Metzner, un vecino, que encontró una víbora de grandes dimensiones en el puente de la localidad de Indacochea. Si bien no fue tipificada, podría tratarse de una falsa yarará, la cual habita en el centro y norte de la Argentina y en el sur del Brasil, donde se llama cobra nariguda, con sus manchas negruscas regularmente dispuestas sobre el cuerpo y la costumbre de achatar el cuerpo cuando esta de mal humor.

De acuerdo a lo detallado por el vecino, "la víbora medía aproximadamente un metro y medio y la encontramos sobre los durmientes del viejo puente del tren”.

La falsa yarará es una culebra lenta e inofensiva, cuya coloración intimida a los animales y personas por parecerse a la peligrosísima yarará. Esta forma de defensa se denomina mimetismo batesiano el cual se da cuando una posible presa, por lo general inofensiva, adopta la coloración de otra especie venenosa o peligrosa para su predador.

Un examen más cuidadoso denuncia su estirpe culebril, además de ser inconfundible por la presencia de una quilla prominente en la región nasal que le ha valido el nombre de cobra nariguda en Brasil, denota sus hábitos de hozar la tierra en busca de lombrices, culebrillas ciegas y otros animales subterráneos. Se diferencia también por presentar pupila circular (vertical en la Yarará) y diseño dorsal compuesto de semicírculos de ambos lados del cuerpo, cuya base se apoya en una línea más clara sobre la región vertebral.

Luego de producirse inundaciones, animales como ofidios y roedores salen de sus madrigueras o son transportadas por la vegetación acuática y pueden buscar refugio en casas o construcciones que encuentren a su paso. Ante la presencia del animal, si no es posible alejarse a tiempo, se debe evitar hacer movimientos bruscos y no tocarlos de ningún modo.

Ministerio de Salud de la Nación

El Ministerio de Salud de la Nación informó que al momento no se han registrado reportes desde establecimientos hospitalarios vinculados a un incremento significativo de consultas por mordeduras de ofidios, roedores o alimañas entre las personas afectadas por las inundaciones en territorio bonaerense.

Según un relevamiento realizado en diferentes centros de salud, de las consultas efectuadas hasta el momento los casos registrados estuvieron relacionados con mordeduras de especies de culebras inofensivas, y a cada uno de los pacientes se le indicó el tratamiento a seguir y su estado no reviste ningún tipo de gravedad.

La cartera sanitaria nacional destacó que si llegase a producirse la mordedura de una víbora, la recomendación es mantener la calma, restringir los movimientos y dirigirse al centro de salud u hospital más cercano, restringir el movimiento y mantener el área afectada por debajo del nivel del corazón para reducir el flujo de veneno.

En general, atendidas a tiempo, las mordeduras de serpientes se pueden tratar en forma efectiva en un centro de salud.Tras la bajada del nivel del agua en las zonas rurales se deben tomar algunos recaudos, porque existe el riesgo de toparse con víboras traídas por las inundaciones. Es el caso de Cristian Metzner, un vecino de nuestra ciudad, que encontró una víbora de grandes dimensiones en el puente de la localidad de Indacochea. Si bien no fue tipificada, podría tratarse de una falsa yarará, la cual habita en el centro y norte de la Argentina y en el sur del Brasil, donde se llama cobra nariguda, con sus manchas negruscas regularmente dispuestas sobre el cuerpo y la costumbre de achatar el cuerpo cuando esta de mal humor.

De acuerdo a lo detallado por el vecino, "la víbora medía aproximadamente un metro y medio y la encontramos sobre los durmientes del viejo puente del tren”.

La falsa yarará es una culebra lenta e inofensiva, cuya coloración intimida a los animales y personas por parecerse a la peligrosísima yarará. Esta forma de defensa se denomina mimetismo batesiano el cual se da cuando una posible presa, por lo general inofensiva, adopta la coloración de otra especie venenosa o peligrosa para su predador.

Un examen más cuidadoso denuncia su estirpe culebril, además de ser inconfundible por la presencia de una quilla prominente en la región nasal que le ha valido el nombre de cobra nariguda en Brasil, denota sus hábitos de hozar la tierra en busca de lombrices, culebrillas ciegas y otros animales subterráneos. Se diferencia también por presentar pupila circular (vertical en la Yarará) y diseño dorsal compuesto de semicírculos de ambos lados del cuerpo, cuya base se apoya en una línea más clara sobre la región vertebral.

Luego de producirse inundaciones, animales como ofidios y roedores salen de sus madrigueras o son transportadas por la vegetación acuática y pueden buscar refugio en casas o construcciones que encuentren a su paso. Ante la presencia del animal, si no es posible alejarse a tiempo, se debe evitar hacer movimientos bruscos y no tocarlos de ningún modo.


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