Miércoles 8 de May de 2013
Carolina Babarzi (72) había enviudado en marzo de este año. La mujer siguió trabajando en el predio de 60 hectáreas en el que se crían cerdos y ovejas.
Carolina Babarzi (72) había enviudado en marzo de este año. La mujer siguió trabajando en el predio de 60 hectáreas en el que se crían cerdos y ovejas.
Al quedar sola un hijo, la nuera y la nieta de corta edad se mudaron a la chacra para acompañarla. El 17 de abril almorzaron juntos y luego los familiares, como era habitual, se fueron a la ciudad de Carhué, distante uno 4 kilómetros.
Volvieron alrededor de las 20 y como no la encontraron salieron a buscarla por los alrededores. Mientras caminaban, el hijo comenzó a discar el celular de su madre; llamaba pero nadie atendía
. De pronto, en el silencio del campo, se hizo audible el sonido del teléfono que fue guiando los pasos del muchacho que encontró el celular entre los yuyos, a poca distancia de la casa
. Unos doce pasos más adelante, yacía el cadáver de la mujer. De inmediato avisaron a la Policía, llegaron los peritos de Científica y el cuerpo fue trasladado a la morgue.
La autopsia, a cargo del doctor Osvaldo Ruiz, arrojó como resultado la comprobación de que el deceso se había producido por compresión del tórax que determinó la perforación de un pulmón. La señora Babarzi tenía todo el arco costal fracturado sin heridas cortantes. Además lesiones en el rostro, los pies y las manos, como si hubiese ensayado un ademán de defensa
. No había evidencias de violencia sexual, aunque la víctima tenia el pantalón, un jean, bajado a la altura de los tobillos y la remera alzada hasta el cuello. La ropa interior estaba intacta.
El loro estaba afuera En la casa todo estaba en orden. Un orden meticuloso que distinguía a la familia, cada implemento de trabajo en su lugar. En el galpón, todas las herramientas colgadas. Había dinero, unos $ 6.000, armas. Nada faltaba. Un solo detalle alteraba el escenario a la hora del hallazgo del cuerpo: el loro estaba afuera
. Era bien sabido que Carolina lo entraba apenas comenzaba a caer el sol. Este detalle indica que ella había salido de la casa cuando aún no había llegado la tardecita. ¿A qué salió? Como lo hacìa invariablemente, a encerrar las ovejas y a cerrar el molino cuyo tanque había quedado rebalsando
El carnero La primera hipótesis que se barajó en las horas que siguieron al macabro hallazgo fue que podía haber sido atacada por un carnero de la majada propia, animal de respetable alzada. La idea se abonó en una extraña circunstancia: el animal tenía sangre en la cabeza. Se sacaron muestras que se enviaron a analizar al Instituto forense de Junín
. Más allá de esta diligencia, el sentido común indica a los investigadores que aún en el caso de que el carnero hubiese topado a la víctima y fracturado la zona costal, no pudo haberle infligido las lesiones en pies y manos. Mucho menos haber bajado el pantalón y subido la remera. En cuanto a las heridas en el rostro, podrían ser compatibles con una caída, pero esto estaría descartado.
Lo que sí por la posición de los pies, la señora Babarzi habría sido arrastrada unos metros. Intriga y estupor No existirían pistas hasta el momento que conduzcan a esclarecer esta muerte que conmueve a Carhué. La extinta era una persona muy querida; la familia observó desde siempre una vida tranquila, de trabajo sostenido, buenos vecinos
. No es gente de fortuna, pagaban prolijamente todas las cuentas, no se malquistaban con nadie. Desde ese punto de vista, se pueden descartar los móviles de robo y/o venganza. También la agresión sexual y el ataque del carnero.
Ese día nadie vio movimientos extemporáneos en los alrededores. Ni gente de extraña procedencia. Es más, a la hora de data de la muerte -entre las 18 y las 20- a poca distancia, sobre la ruta 60, había montado un operativo policial de control de tránsito
. A medida que pasan los días, la intriga crece. La causa que inicialmente se caratulaba “Averiguación causal de muerte”, ahora es “Homicidio” y está radicada en la UFI 2 a cargo de la fiscal María Cristina Ciccacci. La investigación la llevan adelante los instructores judiciales Sebastiàn Vicente, Raúl Prisa y Magdalena Spain. inShare